El ritmo de venta de marihuana en las cuatro farmacias capitalinas habilitadas para hacerlo se mantuvo durante toda la tarde, al punto que el stock disponible de cannabis se agotó en todas ellas.
En la farmacia Pitágoras, ubicada en Malvín Norte, la marihuana se agotó en las primeras horas de la tarde. En las demás, el stock duró unas horas más. Sin embargo, el diario El País informó que al caer la tarde ninguna de las cuatro farmacias tenía marihuana.
La venta de marihuana comenzó temprano en la mañana de este miércoles. Desde las primeras horas las colas eran visibles en al menos tres de las farmacias de Montevideo, con stock.
Sin embargo, el lanzamiento se enlenteció por problemas en el software. En la farmacia Antártida, al
menos los dos primeros compradores se quedaron con las ganas, porque el sistema no funcionó, informó el programa Adelantate de Radio Cero. Una falla en el lector de la huella digital no permitió reconocer la identidad de las personas y el intento quedó truncado.
Según dijeron a El Observador, en la farmacia Pitágoras los primeros intentos de compra allí también sufrieron problemas con el sistema, y hubo demoras en el reconocimiento de la huella, aunque luego se solucionó. Desde las 8:10 de la mañana pasaron por allí unas siete personas, que en general se inclinaron por comprar solo un paquete.
Consultados sobre porqué definieron adherirse a la venta, en la farmacia aseguraron que lo ven como una venta más y que así como se comercializa otro tipo de drogas, ahora sumaron el cannabis.
En la farmacia Tapié de la Ciudad Vieja también hubo compradores desde las primeras horas. «Vine temprano porque pensé que no iba a haber nadie, y para probar», contó Gonzalo a El Observador, uno de los que se acercó a la farmacia en la mañana de este miércoles. «Entrás a la farmacia, pedís marihuana, te preguntan qué variedad y te lo dan, como un remedio más», explicó sobre el proceso de compra. Hasta ahora, dijo, la conseguía gratis y en algunas ocasiones compraba, aunque ahora prefiere comprar en la farmacia. La expectativa es que «pegue», aclaró.
En esa farmacia la compra se desarrolló con normalidad, y solo un cliente tuvo que retirarse sin obtener su paquete de cannabis.
El dueño del local, Sebastián Scaffo, dijo a El Observador que en ese caso debió pedirle al cliente que que vaya nuevamente al correo a registrar su huella. En el resto de los casos al poner el pulgar quedó aprobado, pasan por la caja y listo.
En poco más de una hora, en ese local se habían vendido unos 15 paquetes. La farmacia, explicó Scaffo, tiene un tope de venta de 2 kilos, que son 400 paquetes, y cada persona puede comprar un máximo de dos, por lo que deberá esperar al resto de la semana para ver si el stock es suficiente, dijo.
Consultado sobre los motivos de sumarse a la venta, Scaffo señaló que si bien pensado como negocio, la ganancia por la venta de cannabis no se espera que sea mucha, cada cliente puede ser un potencial comprador para otras cosas. «Por ese lado me parece más interesante», agregó.
«Creo que va a ser positivo y a veces hay que apoyar un poco las cosas», indicó.