De ellos, 49 fueron internados y 3 debieron ingresar a la Unidad de Cuidados Intensivos. “Esto demuestra que en Uruguay, en este momento, la enfermedad se manifiesta en niños de forma leve, a diferencia de los adultos, en quienes tiene otro comportamiento”, explicó la Dra. Alicia Fernández, Coordinadora del Área Programática de la Niñez del Ministerio de Salud Pública. “Los tres niños que debieron ser ingresados a cuidados intensivos tenían comorbilidades, otras patologías que los llevaron a la necesidad de recibir mayor control y monitorización”, agrega.
El incremento de casos de contagio en niños se explica, según la pediatra, en “el aumento de la circulación del virus en la comunidad. Al contagiarse más adultos, se contagian más niños” y agrega que considerar la cepa de Manaos, conocida como P1, como causa de este aumento de contagios, hoy, resultaría “imprudente”, dado que aún no hay estudios que certifiquen que dicha variante o mutación del virus sea la que está apareciendo en los menores de 15 años.
Transcurrido un año de la pandemia, se puede decir que los niños contagian menos que los adultos, y que, si bien se enferman, padecen síntomas muchos más leves que en la población adulta.
A propósito de las manifestaciones clínicas más frecuentes, la Dra. Fernández explicó que la mayoría de los casos en niños, son asintomáticos, pero cuando aparecen, la rinorrea (mocos), tos, fiebre, decaimiento y cuadros digestivos como vómitos o diarrea, se presentan como los más habituales.
En cuanto a la transmisión del virus, Fernández sostiene que si bien hay un doble mecanismo de contagio y los niños pueden contagiar a los mayores, hace hincapié en que, generalmente, son los adultos infectados quienes contagian a los niños.
Consultada por lo que ha resultado más eficaz a la hora de prevenir el contagio de los niños destaca que, para protegerlos, lo más importante son las medidas de precaución que deben tomar los adultos que están a cargo de los niños, en todos los ámbitos, sea en sus casas o en la escuela.
Uso de mascarilla en niños
En el caso del uso de la mascarilla, por ejemplo, recordó que en menores de tres años está contra-indicada, en menores de 6 años se recomienda que no la utilicen salvo que la toleren y no la manipulen continuamente, y para menores de 8 años, el MSP sostiene que es recomendable, pero no obligatoria. Es recién a partir de los 8 años que el virus comienza paulatinamente a comportarse de modo similar a como lo hace en adultos, por lo que se recomienda empezar a utilizarla a partir de dicha edad, aclaró la Dra. Fernández.
“No debemos olvidar que, hasta los 8 años, somos los adultos los responsables de proteger a los niños para evitar los contagios”, dijo la responsable del Programa de Niñez del MSP, y agregó que en el caso de los niños con TEA o cualquier patología que involucre trastornos de conducta, se desaconseja el uso de mascarilla, por lo que apeló al sentido común de los adultos responsables en lo que tiene que ver con los cuidados y la protección de los niños contra el Covid-19.
Uso de mascarilla, distanciamiento, higiene, lavado de manos, respeto de las medidas de precaución y la vacunación – fundamental para lograr la inmunidad de rebaño lo antes posible – son la clave de los cuidados que deben tener los adultos para proteger a los niños.
Vacunación contra SARS-CoV–2 en menores de 18 años
En el mundo, en este momento se está comenzando a inmunizar a poblaciones pediátricas contra el SARS –CoV–2 para ver el efecto que tiene la vacuna en esta población. Si los estudios demuestran que son efectivas y seguras, recién entonces se podría evaluar la inmunización de niños en Uruguay. Estos estudios son muy recientes. La razón por la que no fue incluida esta población en el plan de vacunación contra Covid-19 actual, es que hasta ahora no hubo ningún ensayo en fase 3 en inmunizaciones pediátricas, explica la Dra. Fernández.
Por último respecto a la vacunación contra Covid-19 en jóvenes, destacó que hay algunas recomendaciones que se han hecho exclusivamente en poblaciones entre 15 y 18 años con comorbilidades, como fibrosis quística, cardiopatías congénitas o patologías neuromusculares.
Vacunación antigripal
En esta misma línea, la especialista se refirió a otro inminente plan de vacunación, el de la influenza o gripe, que coexistirá con el de Covid-19. La vacuna antigripal llegará en abril y será recomendada especialmente para aquella población más susceptible de contraer influenza grave, como lactantes a partir de los seis meses hasta los 5 años y aquellos con comorbilidades y asmáticos, a modo de ejemplo. En esta recomendación se incluye a las poblaciones de personas mayores, personal de la salud y trabajadores de áreas esenciales.
La Dra. Fernández, exhortó a la población a estar atentos al comienzo de esta vacunación, que el Ministerio comunicará oportunamente, para saber cuándo les corresponde la inmunización contra la influenza, en tanto se necesita un período de tres a cuatro semanas entre la segunda dosis de la vacuna contra la Covid-19 y la antigripal.
La especialista en primera infancia se detuvo en el caso de las embarazadas, a quienes enfáticamente animó a vacunarse no solo contra la gripe, en cualquier momento del embarazo, sino también contra la toz convulsa, a partir de las 28 semanas de gestación. La inmunización contra el Covid-19 solo la pueden recibir aquellas embarazadas que padezcan comorbilidades o sean población de riesgo, poniendo en la balanza, con el aval de su médico, el riesgo-beneficio de vacunarse o no.
Certificados de aptitud física
Teniendo en cuenta la situación sanitaria actual y la disminución en la presencialidad de las consultas médicas, la pediatra explicó que se deben dar validez a los certificados anteriores, dado que, en estas circunstancias, no se pueden renovar. La actualización del mismo implica necesariamente una consulta presencial, porque amerita un examen físico. Desaconseja para este tipo de casos la consulta telefónica.
Tiempo libre
Por último, la pediatra se animó a ofrecer ideas y sugerencias para los padres, en el manejo del tiempo libre con sus hijos. El primer consejo es si el tiempo está lindo sacarlos al aire libre, a jugar en espacios abiertos, no dejarlos encerrados, siempre, y enfática en este punto, respetando la burbuja, es decir “los convivientes: padres y hermanos. No deben juntarse con otras familias, sino mantener la actividad en el “cluster” familiar.” Aconseja también promover la interacción y reforzar el vínculo con los abuelos, pero, en lo posible, si estos ya están vacunados, porque “es una forma de cuidarse entre todos”.