El coloquio “Análisis de la tendencia en mortalidad infantil en los últimos años. Una mirada de política pública”, organizado por el Ministerio de Salud (MSP) con el apoyo del Fondo Sectorial de Población, el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), colocó el centro de la reflexión en la necesidad de “definir políticas públicas basadas en las tendencias demográficas a partir del sustento académico”, según explicitó la subsecretaria de Salud, Cristina Lustemberg.
Lustemberg dijo que esta instancia forma parte de tres coloquios organizados para el análisis y propuesta de política pública a partir de las tendencias demográficas en fecundidad, mortalidad infantil, y muerte materna: “este segundo coloquio está vinculado a la tendencia en mortalidad infantil”.
“Particularmente estamos haciendo un análisis de la evolución histórica que el Uruguay ha tenido. Si bien la tendencia en los últimos años sigue siendo decreciente, aún tenemos desafíos”, manifestó Lustemberg.
Uno de los elementos que contribuyen a la construcción de políticas basadas en evidencia, es que “hoy contamos con el 96% de los certificados de defunción digitalizados, lo que nos permite contar con la causa por la que fallecen niñas y niños, y tomar medidas de tipo anticipatorio”.
El coloquio reunió a un conjunto de técnicas y técnicos del más alto nivel, de las áreas sociales y de salud vinculadas a la temática, así como prestadores públicos y privados de salud, para analizar las causas y tendencias por las que fallecen menores de 1 año.
Las causas más frecuentes en Uruguay en la actualidad son las mismas que en países desarrollados. Por ello, entre otros aspectos, se ha concentrado la política de prevención de la mortalidad en la “detección oportuna de cardiopatías congénitas”.
Pero aún persisten dificultades. De los 376 niñas y niños menores de un año que fallecieron en 2016, hay algunas causas comunes tales como el cuidado perinatal, los cuidados durante el embarazo, el control del embarazo y las condiciones en las que viven esas niñas y niños y sus familias. “El desafío es abordar las causas evitables”, enfatizó Lustemberg.
MSP