El abogado del rapiñero dijo que «hace varios años tiene problemas de conducta»
Robé por la cabecita que tenemos». Con esas palabras, un menor conocido como «Mauri» relató el miércoles 30 a la fiscal Nancy Hagopian las razones que lo llevaron a rapiñar a golpes a un hombre de 74 años, delito que le puso fin al sistema de libertad que tenía.
Al mediodía del 11 de marzo, la víctima sacó un préstamo de $ 50.000 en el Banco de Previsión Social (BPS). El adolescente, de 17 años, había salido en libertad en febrero tras purgar una internación en hogares del INAU por tres rapiñas cometidas durante 2015.
Se trata del segundo menor que, en menos de 20 días, comete delitos graves en el marco de una medida alternativa a la internación en el INAU. El 15 de marzo, «El Raulito», también de 17 años, baleó al taxista Fernando González, quien murió poco después.
«El Raulito» había ingresado a mediados del año pasado en el Hogar Cimarrones, en régimen de semilibertad, tras cometer una rapiña.
A plena luz.
Al mediodía del viernes 11, Luis Celestino, de 74 años, retiró un préstamo de $ 50.000. Luego se tomó un ómnibus en dirección a la Ciudad Vieja donde iba a hacer un trámite a un local de cromados.
Adentro del banco, un menor seguía todos sus movimientos. Luis Celestino salió del banco. Se subió a un ómnibus. No sabía que era seguido por individuos en una moto y en un Chevrolet Corsa blanco.
El hombre llevaba el dinero dividido en cinco paquetes de $ 10.000, apretados con unas gomitas elásticas. Los llevaba ocultos en un bolsillo del pantalón.
Con las manos en los bolsillos y con traje azul cruzado, Luis Celestino descendió del ómnibus en Plaza España, detrás del Club Hebraica y Macabi. Uno de los rapiñeros tomó al anciano por la espalda. Mientras, otro adolescente —operadores judiciales sostienen que fue «Mauri»— golpeó a la víctima en el rostro.
Luis Celestino fue trasladado al Hospital Maciel. El médico que lo atendió diagnosticó «traumatismos de cara», según el documento al que tuvo acceso El País.
Luego de apoderarse del dinero, los dos rapiñeros se subieron a una moto donde los esperaba un conductor. Los tres delincuentes se desplazaron por la calle Bartolomé Mitre en dirección a Buenos Aires. El Corsa blanco se encontraba en las inmediaciones.
Los rapiñeros no sabían que habían sido filmados por las cámaras del Club Hebraica y Macabi. Tampoco sabían que las cámaras del Comando Unificado del Ministerio del Interior los estaba siguiendo.
El 80% de los menores infractores que pasan por el sistema judicial de adolescentes son internados en hogares del INAU y el 20% restante goza de medidas alternativas a la prisión.
El martes 29, la directora del Sistema de Responsabilidad Penal Adolescente (Sirpa), Gabriela Fulco, presentó un nuevo modelo de medidas alternativas a la internación que «otorgará garantías» a los jueces sobre el cumplimiento de las mismas. (Ver nota aparte).
Denuncia.
El miércoles 30, los Policías lograron ubicar a «Mauri» escondido en una casa en las cercanías de Camino Carrasco (Carrasco Norte). Hacía días que no vivía con su madre.
El juez de Adolescentes Alejandro Guido le increpó que hubiera violado la libertad asistida y, por ende, había defraudado la confianza que la Justicia había depositado en él.
El menor no respondió.
Minutos antes de que comenzara la indagatoria, la fiscal de Adolescentes, Nancy Hagopian, le preguntó a «Mauri» por qué había rapiñado por cuarta vez. «Estuviste internado en el INAU por tres rapiñas. Se ve que la internación no te sirvió para nada. ¿Por qué lo hiciste?», inquirió la fiscal.
El menor respondió secamente: «Lo hice por la cabecita que tenemos».
Durante la instancia, la madre del adolescente fue llamada por los operadores judiciales.
Allí se le trasmitió que su hijo había violado la libertad asistida. La madre del acusado elevó la voz y tuvo un intercambio de palabras con Hagopian.
Luego que la madre del menor se retiró del despacho, Hagopian solicitó por escrito a Guido que pasara los antecedentes al Juzgado de Adultos para que este determine si la madre violó o no los deberes inherentes a la patria potestad.
El abogado defensor del menor, integrante del estudio Diego Durand, dijo a El País que evalúa los pasos a seguir luego de la internación del adolescente en el INAU por la rapiña.
Señaló que el adolescente tiene problemas de conducta desde hace muchos años. Una de las razones de ello, dijo el profesional, es que observó cómo mataban a su padre cuando era chico. «Su padre era un hombre de trabajo. Lo mismo su madre», dijo el abogado defensor.
Riesgo para los operadores judiciales.
Familiares de indagados se sientan en la acera del Teatro Solís ubicada frente al Juzgado Penal. Esa situación se denomina como «el aguante». Cada tanto, alguno se para y grita: «Vamo Dani, vamo». Adentro del edificio, en un carcelaje, «Dani» espera una resolución judicial. En la noche del miércoles 30, una decena de familiares rodean un móvil que llevaba un procesado. Nada pasó. Operadores judiciales que son conocidos por los familiares, se retiraron sin custodia. «Algún día nos van a meter cinco tiros a uno de nosotros», dijo un operador judicial.
Crean un modelo de seguimiento.
El martes 29, la directora del Sistema de Responsabilidad Penal Adolescente (Sirpa), Gabriela Fulco, presentó a operadores judiciales de Menores un régimen alternativo a la internación.
Durante su exposición, Fulco explicó que el nuevo modelo permitirá que los jóvenes se mantengan junto con sus familias bajo un seguimiento estricto y una atención por parte de especialistas y ONG.
«Una vez que el juez dicte la medida sustitutiva, se montará todo un mecanismo de acompañamiento al menor infractor que involucrará fuertemente a la familia», expresó Fulco. También señaló que el nuevo sistema otorgará garantías al magistrado sobre que el adolescente está cumpliendo con las medidas dispuestas. La intención de Fulco es unificar todo el sistema de medidas alternativas a la internación. En este momento, existen diferentes criterios, ya que las mismas son implementadas por el programa del propio Sirpa o por ONG. La supervisión de las medidas alternativas seguirá una progresión por etapas: intensa (diaria); media (tres veces por semana) o mínima (una vez por semana o quincenal). En caso de incumplimiento de la medida o intermitencias, se remitirá un informe al equipo técnico y se convocará al adolescente y a su referente a una entrevista en las 24 horas posteriores al incumplimiento. En caso de no asistencia, se dará cuenta a la Justicia. Durante el encuentro, varios operadores judiciales consideraron positivo el nuevo modelo. «En principio me parece bien. Hay que estudiarlo», dijo el juez Alejandro Guido.