Aproximadamente 330 millones de personas en el mundo padecen de diabetes tipo 2; y su cura podría ser tan sencilla como llevar una dieta estricta. En 2011 un estudio de la Universidad de Newcastle mostró que las diabetes tipo 2 se podía revertir en pacientes con sobrepeso y obesidad que siguieron una dieta muy baja en calorías durante ocho semanas para simular la eliminación de grasa en el páncreas.
Ahora, el mismo equipo ha buscado replicar los hallazgos a mayor escala, para verificar si la pérdida de peso podría ayudar a mantener la diabetes alejada a largo plazo.
El estudio, que siguió a 30 participantes por seis meses, descubrió que el los pacientes con diabetes tipo 2, las dietas restrictivas no sólo eran un rápido arreglo. Una vez que se perdió el peso, la producción de la insulina comenzó a funcionar normalmente, los pacientes se mantuvieron libres de diabetes y podían seguir una dieta normal y saludable.
La dieta que siguieron los participantes era de 600 a 700 calorías al día – un tercio de lo que normalmente comerían a diario. De acuerdo con el Departamento de Agricultura de E.U.A., un adulto promedio debe consumir entre 2,000 y 3,000 calorías al día, dependiendo en que tan activos sean.
La dramática reducción de calorías buscó una reducción de peso que sería lo suficientemente significante para marcar una diferencia en el porcentaje de grasa en el cuerpo. No obstante, si planeas hacer una dieta similar, deberías consultar a tu doctor debido a las deficiencias potenciales de vitamina y minerales que podrían venir como resultado de la pérdida de peso asociada con dichas dietas.
Al final del experimento, los pacientes habían perdido cerca de 13 kilos y trece de los individuos que habían padecido la enfermedad por menos de 10 años consiguieron revertir la condición.
La diabetes tipo 2 afecta al cuerpo de varia maneras, pero una de las principales funciones corporales que afecta es la habilidad del páncreas para procesar la glucosa (azúcar en la sangre). Cada célula en el cuerpo requiere de glucosa para funcionar. Ésta es transportada de tu sangre hacia las células por medio de la insulina – una hormona producida por el páncreas.
La grasa dificulta que la insulina mueva la glucosa en las células, lo que se conoce como resistencia a la insulina, la primera etapa de la diabetes Tipo 2. El exceso de grasa es uno de los principales factores de riesgo de la diabetes tipo 2, pero a pesar de que los participantes se mantuvieron con sobrepeso, perdieron el peso suficiente para eliminar la grasa que rodeaba el páncreas, lo que finalmente permitió reanudar la producción normal de insulina.
Los resultados, publicados en el diario Diabetes Care, muestran que aunque es posible tratar la diabetes con una pérdida de peso, el paciente deberá mantener buenos hábitos por el resto de su vida.
Ahora los investigadores reclutarán a 280 pacientes para intentar replicar los resultados, que serán publicados en 2018.
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