Jubilado italiano pasó tres años distribuyendo excrementos por correo

El responsable de los envíos es n milanés de 70 años, ex guardia urbano, quien comenzó con su singular actividad epistolar en 2014. Desde entonces, remitió miles cartas conteniendo papel higiénico usado por él mismo.

Su modus operandi era sencillo: cada día se sentaba ante el televisor a la hora del noticiero para indignarse bien indignado, algo que no tiene nada de original. Pero a diferencia del resto de los televidentes, tomaba nota de los protagonistas de noticias que le desagradaban y luego les enviaba un sobre que contenía dos elementos: un breve texto -a menudo una sola palabra- donde calificaba al destinatario, y un trozo de papel higiénico con el que previamente se había limpiado el trasero.

«Ladrón», «Corrupto», eran algunos de los insultos más frecuentes.

Las misivas del jubilado no sólo eran dirigidas a políticos, y trascendían las fronteras italianas. Llegó a enviar su caca a Beng Holst, director de un zoo danés que ordenó el descuartizamiento de una jirafa. También obsequió excrementos a profesores acusados de pedofilia, y a funcionarios involucrados en presuntas irregularidades edilicias en la reciente tragedia de Rigopiano.

«En total, y desde 2014, envió en promedio diez cartas diarias. Estamos hablando de unas diez mil, dirigidas a empresarios, políticos, futbolistas y gente cualquiera a la que creía culpable de algo», dijo el vocero policial Carmine Mele al medio local Askanews.

«Cualquier incidente que saltara a las noticias era ocasión para enviar las cartas», detalló Mele, añadiendo que «en su casa encontramos un cuaderno con miles de nombres de personas que recibieron sus cartas».

Además, los investigadores descubrieron que el «terrorista» no actuaba solo: su esposa era la encargada de despachar la correspondencia.

Al ser detenido, el anciano se manifestó arrepentido y confesó que el envío delas cartas se había convertido en una obsesión, y que permanecía constantemente atento a los noticieros en busca de nuevos destinatarios de sus heces.

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