Las playas no aptas para baños por presencia de cianobacterias son la Pocitos (a la altura de la calle Martí), Ingleses, Punta Espinillo, La Colorada, Punta Yeguas, Santa Catalina y Frigonal.
Otra vez ocurre en plena temporada de verano. Debido a la presencia de cianobacterias, la Intendencia de Montevideo inhabilitó para baños varias playas de la capital, las cuales estarán identificadas con una bandera sanitaria, que es colocada por los guardavidas.
Actualmente, las playas no aptas para baños por presencia de cianobacterias son la Pocitos (a la altura de la calle Martí), Ingleses, Punta Espinillo, La Colorada, Punta Yeguas, Santa Catalina y Frigonal.
Los muestreos de agua de todas las playas del departamento y los testeos correspondientes son realizados por el Servicio de Evaluación de la Calidad y Control Ambiental de la IMM. Aunque la situación de las aguas cambia con frecuencia, se prevé que este fenómeno continúe durante los próximos días.
La Intendencia recomienda no ingresar al agua en zonas donde se observen manchas verdes fluorescentes (pueden tener consistencia pastosa, en caso de acumulaciones concentradas) y evitar que los niños se bañen o jueguen en la arena donde se observen restos de estas manchas verdes (floración o espuma cianobacteriana), ya que son más propensos a ingerir agua o arena y los efectos en ellos son mayores.
“Si detectás la presencia de cianobacterias en baja concentración cuando ya ingresaste al agua (con aspecto de yerba mate dispersa en agua), remové por lavado cualquier resto en la piel y vestimentas. Usualmente las concentraciones de toxina corresponden a riesgo moderado o bajo, de acuerdo a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, pero aún así pueden aparecer efectos de irritación en piel, mucosas o reacciones alérgicas”, señaló la IMM a través de un comunicado.
Y agregó: “Consultá al médico si se presentan alergias o inflamaciones de piel y mucosas, diarreas, náuseas, vómitos o cualquier síntoma no habitual”.
La reproducción en exceso de las cianobacterias (nombre dado en alusión al cianuro), acecha la vida del hombre, el ganado y las mascotas. Esto se explica en un trabajo académico de los doctores de la Facultad de Ciencias Sylvia Bonilla, Luis Aubriot y Claudia Piccini.
Los expertos señalan que “las floraciones de cianobacterias afectan negativamente la calidad del agua (…) sobre todo porque pueden producir sustancias tóxicas para los animales y para el ser humano”.
