El delito se complejiza año a año. Los delincuentes se “profesionalizan” y tratan de neutralizar las técnicas de investigación de la Policía. Dentro de las cárceles, traficantes de drogas y asaltantes transmiten conocimientos a sus pares sobre los métodos utilizados por la Policía.
El robo de US$ 700.000 a una remesa frente al hipermercado Geánt fue uno de los más grandes de los últimos años. El 5 de diciembre pasado, diez delincuentes se tirotearon con guardias de seguridad de la remesa. Uno de los asaltantes, conocido como Yorka, fue herido.
La Policía encontró el vehículo usado para el escape e identificó a Yorka por su ADN. Supo que se trataba de un sicario que participó en homicidios, asaltos a empresas y enfrentamientos entre traficantes de drogas en Cerro Norte. Las huellas dactilares de Yorka también fueron halladas por Policía Científica en una de las cajas del peaje de Pando asaltado en 2015.
El atraco duró segundos. Se llevaron $ 2 millones. Según investigadores policiales, cuando Yorka salga en libertad no cometerá los mismos errores y mientras esté en prisión enseñará a otros presos los métodos utilizados por la Policía para atraparlo.
Dos crímenes que sacudieron a Uruguay.
El 2 de enero de 2012, el contratista Washington Risotto bebía un refresco en un almacén ubicado en Ejido y Bermúdez. Dos sujetos con medias en su rostro se acercaron con pistolas calibre 9 milímetros desenfundadas. “Llegó tu hora”, dijeron y luego dispararon. Risotto, quién había tenido antecedentes penales por tráfico de drogas, murió tras sufrir siete impactos de bala, dos de ellos en el rostro. Los dos sujetos se alejaron del lugar caminando. Nada se sabe sobre los homicidas.
El 27 de octubre de 2014, el ex recluso Nilson Varaiti Cora fue ejecutado de seis disparos cuando viajaba en el ómnibus de la línea 494 de Coetc en la esquina de Agraciada y José Nasazzi. Varaiti Cora murió tras recibir seis balazos. En el ómnibus viajaban 60 personas. No hay detenidos por este caso.