Histeria Mirasol

Histeria mirasolPeñarol empató ante Sud América por el Torneo Clausura en un partido que comenzó controlando, manejando el juego y la pelota, llegando con peligro, logro abrir el marcador, pero debelando el gran problema que enfrenta el mirasol, la histeria. Sud América llego al gol a través de un penal y logro desatar la histeria aurinegra, principal argumento del empate mirasol.

Peñarol por segunda vez consecutivo perdió puntos en un partido donde controlaba la pelota y llegaba con peligro. El Peñarol del “Polilla” Da Silva comenzó mostrando una idea clara de juego, que todavía debía perfeccionar en su puesta en práctica, mientras Peñarol controla el partido y no lo ponen en problemas, aflora la idea del técnico, jugar en corto, hacerse de la pelota y buscar los caminos con prolijidad y juego. Pero ya sea por el reloj, su falta de gol, o incluso más cuando vulneran su arco, el mirasol aflora su principal problema y la causa que lo hace dejar puntos por el camino, la histeria colectiva bajo la orden de “Esto es Peñarol” transforma un equipo que distribuye el balón, que buscar jugar prolijo, un Peñarol pensante en un equipo impulsivo, desordenado, desesperado, que olvida y abandona toda idea futbolística, un equipo histérico.

Peñarol tuvo todas las herramientas para llevarse el partido, y cuando comenzó abriendo el marcador el partido parecía resuelto, parecía muy lejana la posibilidad de la IASA de revertir el resultado, pero un jugador cae en el área y fue penal. Sud América transformo un penal en mucho más que un gol, el penal se convirtió en el detonante de la histeria aurinegra. A partir del gol buzón Peñarol perdió la calma y abandono la idea, se apagó, se diluyó y se convirtió en un saco de nervios, un cumulo de decisiones impulsivas que derivan en constantes intentos individuales y caminos equivocados. Peñarol solo preciso recibir un gol para perder la calma, para encender las alarmas, incrementar al máximo la presión, y perder toda capacidad futbolística. Sud América encontró el gol, se encontró con un equipo histérico y lo controlo, trabajo sobre la histeria y el nerviosismo rival. Sud América protegió su empate con las pocas armas que tenía frente a un equipo grande y explotando los nervios y la ansiedad de un Peñarol que equivocaba los caminos, desesperado y bajo la sensación de que se escapaba un partido que se debía de ganar si o si.

SOBRE PEÑAROL

En el partido ante Sud América afloraron las dos caras de Peñarol, primero el que tenía una idea clara, el Peñarol que tomaba el control del partido y buscaba llegar al gol jugando al futbol. Pero también apareció el Peñarol histérico, el impulsivo, el individual, el de ganar o “que se vallan todos”, el famoso “esto es Peñarol”, el que quiere ganar los partidos de pesado y cae ante la desesperación y la frustración de no lograrlo. Un mirasol que terminó el partido y dejo al técnico preocupado, porque el ánimo general le gano a su idea. Peñarol tiene que jugar mejor, pero para eso, primero tiene que abandonar la histeria.

SOBRE SUD AMERICA

El buzón marcó la tendencia que vienen mostrando los equipos menores frente a los grandes. Es conocida las enormes diferencias entre los equipos grandes y el resto, con esto los equipos menores deben año a año, buscar estratégicamente plantear los partidos buscando mitigar las diferencias. Este año los equipos “chicos” encontraron su principal argumento en la debilidad rival, la responsabilidad. Sud América trato de contener a Peñarol y cerrar su arco, se encontró con un gol sobre su valla y el plan parecía romperse, pero un penal que terminó el gol a favor, fue el impulso necesario para encender la llama de la esperanza, pero también para explotar esa debilidad rival, Sud América alimento y controlo la histeria del rival, así Sud América igualo las diferencias, así el buzón, igualo el partido.