Tony Williams tiene 75 años y en mayo de 2020 se quedó totalmente solo, ya que su esposa Jo murió de cáncer de páncreas. Como no tiene familiares ni amigos, luego de un tiempo el silencio en el hogar empezó a convertirse en algo insoportable, así que colocó un cartel en la puerta de su casa para encontrar personas que quisieran ser sus amigos y pasar tiempo con él, para compartir historias y buenos momentos, y así ya no sentirse tan triste.
Lo único que buscaba era a alguien con quien poder hablar por teléfono de vez en cuando; sin embargo, la historia se hizo cada vez más popular, por lo que de pronto empezó a recibir llamadas de personas que quieren ser sus amigos, incluso desde el otro lado del mundo. Dame Esther Rantzen, una conocida presentadora de televisión en Reino Unido, con quien Tony tuvo “una linda conversación” telefónica por cerca de 20 minutos, fue la primera en comunicarse, pero eso fue solo el comienzo.
Respondí unas cien llamadas y mi contestador automático estaba lleno, con treinta mensajes. Tenía miles y miles de correos electrónicos. Me contactaron personas de todo el mundo: Estados Unidos, Canadá, Australia, Oriente Medio, España, Islandia. Mucha gente dijo que sabía cómo me sentía porque ellos mismos habían estado desconsolados. Tuve una hermosa y larga conversación con una dama de El Cairo, que viaja a Gran Bretaña por negocios.
Una mujer, Margaret, me llamó desde Florida y me invitó a volar para quedarme con ella. Dijo que me recogería en el aeropuerto y me enseñaría el estado. El gesto más encantador probablemente vino de una maestra de la escuela primaria de mi calle, quien dijo que si no me importaba que todos los niños me escribieran cartas. ¡Dije que sería encantador! Y me ofrecí a ir a la escuela para hablar con los niños después, para que supieran a quien le estaban escribiendo.
—Tony
Por su trabajo se tuvo que mudar, así que aunque tiene tres hermanos la realidad es que viven muy lejos y no es posible tener mucha comunicación, además de que aunque ha hecho amistad con varias personas, al mudarse estos lazos se fueron rompiendo, pero ahora tiene miles de amistades por todo el mundo, tanto que está pensando en ya no responder tantas llamadas y correos, ya que asegura que no le queda tiempo ni para comer, y por las zonas horarias de otros lugares del planeta recibe mensajes y llamadas hasta en la madrugada.
La misión de tener amigos se cumplió y mucho más de lo que esperaba, pero ahora quiere realizar toda una campaña de apoyo a quienes como él llegan a sentirse tristes y solos al no tener a nadie con quien hablar. También manifestó que entiende que lo que ha pasado es parte de la emoción del momento, así que espera que luego que pase el furor todavía permanezcan algunas personas con las que pueda seguir platicando y así no volver a sentirse deprimido.
LGV