Hay quienes piensan que el dinero no puede comprar la felicidad y, tal vez, tengan razón, pero, ¡sí puede proporcionar bienestar! Y esto ya es muy comentado entre la población.
De hecho, tener problemas financieros puede llevar a que una persona experimente crisis emocionales e incurre en prácticas de alto riesgo, tales como los excesos de comida, abuso de alcohol, sedentarismo o consumo de drogas.
De manera que la relación entre el dinero y la salud mental sí está servida sobre la mesa. Muchas personas, sobre todo jóvenes, se sienten obligados incluso a abandonar sus estudios o sienten desanimo ante el futuro y las metas con las que antes soñaban, lo cual trae consigo pesimismo y una actitud negativa ante la vida misma.
Cuando existen problemas económicos, no solo un individuo puede verse afectado, sino también una población entera; esto es más notorio en países en los que las crisis económicas son acentuadas y lo que impera es un ambiente de hostilidad y fatalismo.
En cambio, cuando se posee estabilidad económica, hay un cierto bienestar porque se sabe que se puede contar con un fondo para abordar emergencias, gastos inesperados, costes de tratamientos, además de cubrir necesidades básicas.
Es necesario prestar atención a este tema, especialmente cuando se trata de personas jóvenes, familias con bajos ingresos, personas con hijos o mujeres que no cuentan con apoyo financiero por parte de otra persona.
Si se permite que el problema se acumule, el resultado será la ansiedad, el estrés, la preocupación y, como si fuese poco, es posible llegar a sentir tristeza crónica o depresión.
Cómo manejar este asunto
Las sugerencias para que el dinero no se convierta en un tema que afecte la salud pueden son las siguientes:
- Conceder importancia al tema: pues, evadir es lo peor que se puede hacer. Se debe reconocer que es un tema importante, y este es el primer paso para tomar medidas y hacer una planificación adecuada.
- Ir por apoyo: en caso de ser necesario, tal como un asesor mercantil u otro que analice la situación y plantee posibles soluciones, más aún si se trata de la situación financiera de una empresa.
- Pagar las facturas: en la medida de lo posible, o establecer convenios. Pero, las facturas de servicios básicos siempre deben ser cubiertas. Si no se puede pagar todo al momento, entonces preguntar en la empresa proveedora qué opciones de pago tienen.
- Planificar las compras: y postergar aquellas compras grandes o proyectos de mayor envergadura. Ya habrá tiempo para ello. Lo primordial ahora es encontrar un poco de estabilidad en el momento presente.
- Vender lo que no se use: o que esté en casa llenándose de polvo. Esto podría ser útil a otra persona y traería ingresos.
Finalmente, se debe evitar usar dinero como un aliciente para mejorar el ánimo, ya que esta no es la solución. Pues, hay quienes van de compras para sentirse mejor, pero, en lugar de mejorar el problema, solo lo agudizan.