(El Partido Humanista entiende fundamental la recordación de los lamentables hechos en que se enmarca el inicio formal de la dictadura cívico militar en nuestro país. A esos efectos ha preparado una serie de artículos informativos de los que éste es el primero.)
El decreto 464/973 del 27 de junio de 1973, con la firma del presidente Juan Bordaberry y de sus ministros Néstor Bolentini y Walter Ravenna, resumió en cuatro puntos la nueva situación política del país:
“1° Declárase disueltas la Cámara de Senadores y la Cámara de Representantes.
2° Créase un Consejo de Estado, integrado por los miembros que oportunamente se designarán, con las siguientes atribuciones: A) Desempeñar independientemente las funciones específicas de la Asamblea General; B) Controlar la gestión del Poder Ejecutivo relacionada con el respeto de los derechos individuales de la persona humana y con la sumisión de dicho Poder a las normas constitucionales y legales; C) Elaborar un anteproyecto de Reforma Constitucional que reafirme los fundamentales principios democráticos y representativos a ser oportunamente plebiscitado por el Cuerpo Electoral.
3° Prohíbese la divulgación por la prensa oral, escrita o televisada de todo tipo de información, comentario o grabación, que, directa o indirectamente, mencione o se refiera a lo dispuesto por el presente Decreto, atribuyendo propósitos dictatoriales al Poder Ejecutivo.
4° Facúltase a las Fuerzas Armadas y Policiales a adoptar las medidas necesarias para asegurar la prestación ininterrumpida de los servicios públicos esenciales.”
Llama la atención que en nombre de la democracia se dio un golpe de estado. Paradojalmente se prohíbe que la prensa “atribuya propósitos dictatoriales al poder ejecutivo”, cuando el mismo decreto sustituye el parlamento de la República por un “Consejo de Estado integrado por los miembros que oportunamente se designarán”, y al que encomienda “el respeto de los derechos individuales de la persona humana” según “las normas constitucionales y legales.”
¿Puede haber mayor burla que ésta al estado de derecho? ¿Cómo puede explicarse esta coyuntura política que es parte central de una de las etapas más deplorables de la historia reciente, cuyas consecuencias aún padecemos?
Viene al caso recordar que tras varios años de pisotear la constitución y las leyes, la dictadura intentó la “Reforma Constitucional” anunciada en su comunicado del 27 de junio, recibiendo el rechazo del 57,2 % de los votantes en el plebiscito del 30 de noviembre de 1980. Refiriéndose a esto, la proclama leída por el actor Alberto Candeau en el multitudinario acto realizado en el Obelisco de Montevideo al que asistieron decenas de miles de uruguayos convocados por todo los partidos políticos, expresaba el 27 de noviembre de 1983: “el pueblo uruguayo es grande porque supo decir que no a los dioses con pie de barro. A quienes, asentados en la fuerza, pretendieron legitimar la usurpación de nuestros derechos sagrados en un proyecto de Constitución que desconocía toda la tradición democrática y republicana de la patria.”
Aquella memorable proclama sentenciaba: “este es un pueblo que conoce sus derechos, sus deberes y sus responsabilidades. Porque es un pueblo con madurez y cultura cívica.” Es inevitable preguntarnos si hoy podría decirse lo mismo. Creemos que en esencia el pueblo oriental conserva el espíritu libertario de aquellos tiempos, pero está faltando movilización y protagonismo popular. Es nuestro deseo contribuir a recuperar ese fervor ciudadano de aquel acto que quedó retratado en una famosísima foto que se ha dado en llamar “Un río de libertad”.
El próximo aniversario de la caída de las instituciones democráticas aquel 27 de junio de 1973 proporciona una buena oportunidad para revisar el presente. La historia es una excelente maestra, está en nosotros aprender lo que nos enseña. Con el ánimo de promover ese sano ejercicio, los humanistas invitamos a todos los uruguayos en general, a acompañarnos en esta serie de notas que hoy iniciamos con la certeza de que hay una lección que no debemos olvidar.
Aníbal Terán Castromán
Treinta y Tres, junio 12 de 2020
Vocería el Partido Humanista, integrante de Unidad Popular
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