¿Es la llamada “agenda de derechos” que incluye asuntos polémicos como el cambio de sexo por parte de niños sin la autorización de sus padres, un mecanismo de distracción para que no nos planteemos discusiones sobre otras cuestiones que al poder hegemónico no le interesa que discutamos? Creo que es una pregunta pertinente.
Nadie dudará que a la clase dominante no le interesa que discutamos sobre la pésima distribución de la riqueza que hace que un 1% de los habitantes del planeta posean más que el 99% restante. Tampoco que nos movilicemos por una democracia real que vaya sustituyendo las formalidades institucionales que llamamos hoy “democracias”, ni contra la absurda destrucción del planeta a manos de industrias contaminantes que producen tantos artículos pensados para satisfacer necesidades inducidas por el mercado.
En nuestro país hay quienes no les interesa que discutamos sobre la entrega del territorio a las multinacionales, el envenenamiento del suelo, el agua y el aire con cargas aumentantes de pesticidas, la irracional búsqueda de petróleo que pone en riesgo nuestros recursos naturales, la bancarización que se apropia de nuestro dinero, el nuevo CPP que recorta garantías ciudadanas, la impunidad de torturadores y homicidas dictatoriales que siguen eludiendo la justicia, entre muchos temas que les incomodan.
¿Qué decir de la usura del sistema financiero que acogota a la población con intereses abusivos por préstamos que trabajadores activos y pasivos se ven obligados a tomar para sobrevivir? También de las ganancias inexplicables de las AFAP manejando los fondos previsionales mientras se pagan jubilaciones indignas, de las cifras maquilladas del INE sobre desempleo e ingreso per cápita, de la deuda externa que crece inconteniblemente, la educación que se cae a pedazos, la mercantilización de la salud, las dificultades de acceso a viviendas decorosas…. ¡Son unos cuantos los temas en los que deberíamos estar muy interesados!
¿Será que la ola mundial de discusiones sobre cuestiones de género y derechos humanos en general, es parte de una táctica de distracción? No parece una hipótesis descabellada.
Por supuesto que todos los temas tienen su importancia. No estoy diciendo que no hablemos de matrimonio igualitario, transexualidad, lenguaje inclusivo, el voto de los uruguayos en el exterior, etc. Estoy planteando que no permitamos que se nos imponga una agenda conveniente a los intereses del poder hegemónico.
No deberíamos permitir que se nos induzca a enfrentamientos entre nosotros enfrascándonos en las discusiones que ellos quieren que nos entretengan.
Aníbal Terán Castromán