Fernando Bernardo debía pagar una deuda y se tragó 67 cápsulas de droga para llevarla a Suiza. Sin embargo, comenzó a sentirse mal al romperse una. Un capo ordenó abrirlo para no perder la mercancía y luego «decapitarlo y descuartizarlo» para deshacerse de él.
El mundo del narcotráfico ha buscado siempre nuevas formas para llevar la droga a otros países. Una de las más conocidas es la de las ‘mulas’, personas que por dinero la ingieren y la llevan en su interior por las aduanas.
Una de esas personas era Fernando Bernardo, de 39 años, quien falleció en 2014. El hombre había estado trabajando para Reyes por años y durante ese tiempo había llegado a contraer una deuda de más de 16,000 dólares. Para poder saldarla, Bernardo viajaba con la droga en su estómago unas dos veces al mes desde la isla hasta España y de allí a Suiza.
Pero el 7 de julio de 2014 algo salió mal. Tras ingerir unas 67 cápsulas -más de dos libras- con cocaína, comenzó a sentirse mal. Una de las bolsas se reventó en su cuerpo: acabó vomitando y teniendo convulsiones. Por eso pidió ayuda a los tres supuestos narcotraficantes que estaban con él, pero ellos no llamaron a una ambulancia.
Así lo relata la fiscalía de España, donde esta semana se inició el juicio contra Reyes y sus colaboradores: Benjamín Guzmán, Alexander Méndez y Alba Leidy Cabrera, sobrina de Reyes, todos de nacionalidad dominicana.
Le abrieron para recuperar la droga
Según el relato judicial, en lugar de buscar ayuda, los cómplices de Reyes lo llamaron a él. Sus órdenes fueron claras: comprar guantes y bolsas de basura, informó la Cadena Ser.
Reyes mientras se desplazó donde se encontraban sus cómplices con la ‘mula’. Al llegar, y tras dejar que Bernardo muriera, el capo le practicó una laparotomía: le abrió por el estómago para así acceder a la cavidad intestinal y recuperar las cápsulas.
Según la justicia española, el crimen no acabó ahí. Una vez que se hicieron con la droga, los otros tres acusados «decapitaron y desmembraron el cadáver, repartiendo los miembros en distintas bolsas de plástico que introdujeron en una maleta».
Con el cuerpo descuartizado, el capo viajó a Francia y allí se deshizo de él en un bosque de Tarnes, en el suroeste del país.
Su nombre ha vuelto a los juzgados luego que se encontrara el cadáver de Bernardo en Francia. Durante la autopsia se encontraron paquetes de droga idénticos a los que le fueron requisados a Reyes en la frontera suiza.
La justicia española acusa a los arrestados de un delito contra la salud pública y otro de homicidio. Por ello, pide 30 años de cárcel para el presunto líder de la red y 24 años para los tres restantes.
El juicio comenzó este lunes en España y los acusados negaron estar implicados en la muerte de Bernardo. En sus declaraciones, que estuvieron repletas de contradicciones, todos apuntaron como responsable a un supuesto jefe superior, que identificaron como ‘el Gordo’.