EL CAMINO DE SANTIAGO (III)
Peregrinar es una costumbre milenaria. El ser humano no es solo carne y hueso. También es espíritu. Algo muy profundo se mueve para buscar estas experiencias.
En Uruguay, a modo de ejemplo hay varios sitios de peregrinación: La Virgen del Verdun, San Cono, La Gruta de Lourdes, La Cruz de Cerro Largo. Son oportunidades para encontrarse con otras personas, reflexionar, compartir experiencias, rezar.
El que peregrina sabe por qué lo hace. Se disfruta del camino exterior: paisaje, clima, encuentro con otros. Y del camino interior: la persona tiene tiempo para pensar, orar, sentir olores, sensaciones y perfumes que la rutina de la vida laboral actual no permite disfrutar.
No necesariamente se peregrina por pertenecer a alguna religión. En el caso del Camino de Santiago, puede ser una razón de desafío a las posibilidades de uno mismo. O una razón deportiva.
La culminación del camino es llegar a la Catedral. Nuestra excursión llego a una hora próxima a la Misa del Peregrino, que sea hace diariamente a las 12:00. Entra a misa el que tiene deseos de hacerlo. Otros aprovechan a conocer la ciudad, mientras esperan a amigos y familiares que están en el templo.
Antes o después de la misa se tramita “La Compostela” es un documento que acredita que la persona hizo el camino. Para eso se llena un formulario y se entrega la Credencial del Peregrino, que debe de tener los sellos de todos los lugares por donde paso la persona. La Compostela está escrita en latín y también el nombre de la persona.
Para tramitar La Compostela hay que llenar un formulario donde se deben explicitar las razones de la peregrinación: sin son deportivas, religiosas o espirituales. Si las razones no son de orden religioso, se entrega un saludo por escrito.
Maria Angela Pereira Ramirez