Emprendedor diseña baños de instalación rápida y bajo costo

La entrevista con el arquitecto Gabriel Burstein transcurrió en una ferretería montevideana ubicada sobre la avenida Millán. Al tiempo que detallaba las características de su emprendimiento Saniblocks, mostraba los paneles y el tipo de cañerías que se utilizan para la construcción de baños y cocinas.
A partir de piezas livianas, de módulos funcionales independientes e interconectables que pueden armarse de manera personalizada, ofrece la posibilidad de construir los baños y cocinas sin tener que contar con mano de obra especializada. «Podés venir en el auto y llevarte los paneles, y con un poco de maña armás el baño», comentó.
Burstein lleva el emprendimiento adelante con su esposa Inda Pereira, contadora y encargada del gerenciamiento financiero de la iniciativa, que cuenta con apoyo de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) y la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU).

Problema común

Burstein tiene 25 años como arquitecto y siempre detectó problemas en materia de la mano de obra. Esgrimió falta de calificación e instrucción; escasa disponibilidad de tiempo de los operarios cuando están bien formados; e incluso aspectos sindicales. A su vez, mencionó que cuando se está trabajando en la construcción o en la reparación de un baño, hay «muchos subcontratos» involucrados. Directa o indirectamente participan sanitarios, electricistas, peones, albañiles y ceramistas.
Pero lo más importante es que «se promete que van a ser unos días nomás y se está más de un mes en obra». Considera que lo «artesanal» de la industria termina incidiendo en costos y tiempos de entrega. «En esta industria la fábrica es el lugar donde se hace la construcción. Con nuestra propuesta, sin embargo, la fábrica es un espacio a puertas cerradas y el trabajo en la casa se reduce a unos cuatro o cinco días», apuntó.

Cinco días lleva la instalación en la casa del cliente, según se señala desde el emprendimiento.

Enfatizó que la virtud de su producto no es la construcción de un baño mucho más económico, sino que sea fácil y rápido de instalar. No obstante, el precio sí termina siendo más atractivo que con un sistema tradicional. A modo de ejemplo detalló que a partir de registros personales, mientras la construcción de un baño con el sistema tradicional costó en el entorno de US$ 6.400, uno de dimensiones similares, pero con módulos adaptables, salió unos US$ 1.500 menos.
Por tratarse de un sistema de construcción a base de paneles adaptables y caños de PVC que se enroscan y que vienen con la parte eléctrica pronta, es que se está vinculando con cooperativas de viviendas para que lo incorporen como método de construcción.
También lo considera como posible solución para asentamientos. Además, tiene un suministro de agua centralizado con conexiones independientes, por lo que se puede abastecer el inodoro con agua no potable.

País de baños

La proyección es vender 300 baños al mes. «Uruguay es un mercado chico, pero a veces no nos damos cuenta de la cantidad de baños que se hacen al año», comentó. Una torre en Punta del Este son 500 unidades, a dos baños por unidad daría 1.000 baños, ejemplificó.
Burstein vive y trabaja en Maldonado, lo que permite que se vincule con empresarios argentinos. Apuntando a la internacionalización del producto es que el sistema constructivo fue patentado en Uruguay y en el país vecino.
Reconoce que existen algunas «resistencias» y «problemas de intereses». En primer lugar, muchas personas no se animan a hacer los baños de sus casas de manera no convencional. A su vez, muchas barracas prefieren no poner el producto a la venta porque compite con el trabajo de sus principales clientes: sanitarios y constructores. A pesar de reconocer que el proceso es «lento», sostuvo que han avanzado al conseguir puntos de venta con acceso directo al público.