Siguen las pérdidas

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A pedido de las gremiales de la industria frigorífica, la consultora CPA Ferrere concluyó que las pérdidas de valor agregado en la cadena cárnica por exportaciones de ganado en pie entre 2008 y 2016 alcanzaría los US$ 480 millones, equivalente a US$ 319 por cabeza, en un total de ventas de 1,5 millones de reses.

El estudio remarcó que la exportación de ganado en pie «tiene efectos al interior de la cadena (entre agentes) y sobre el conjunto de la cadena» y subraya la mejor posición del eslabón de la cría en perjuicio de los invernadores y los frigoríficos.

La Federación Rural ya salió al cruce de del estudio y, luego de una reunión urgente realizada este lunes, el vicepresidente, Ricardo Berois, adelantó a El Observador que la gremial ruralista considera encargar un trabajo para demostrar los perjuicios que causaría al país prohibir o restringir el negocio.

El trabajo de CPA Ferrere para la Cámara de la Industria Frigorífica (CIF) y la Asociación de la Industria Frigorífica del Uruguay (Adifu) traza un panorama de la ganadería en Uruguay, remarca el «alto componente de valor agregado» que tiene la cadena cárnica, detalla las estadísticas de las exportaciones de ganado en pie en la última década, analiza los destinos y remarca los efectos que tiene en los distintos eslabones.

 

A continuación, el texto completo del Resumen Ejecutivo del trabajo, publicado en la web de CPA Ferrere:

«Uruguay se ha consolidado en la última década como uno de los principales 20 países productores de carne a nivel mundial y uno de los principales 10 exportadores de carne vacuna. El stock bovino ha crecido sistemáticamente en los últimos 25 años, alcanzando máximos históricos de prácticamente 12 millones de cabezas en 2004 y 2015. Del mismo modo, el nivel de faena se ha incrementado en la última década, con un promedio de 2,2 millones de cabezas en los últimos 10 años.

La cadena de valor de la carne tiene un alto componente de valor agregado local. Estimaciones realizadas en el mercado de este estudio indican que por cada novillo tipo (de acuerdo a la definición de INAC) faenado en 2016 se obtuvo un valor bruto de producción de USD 1.103 por cabeza. Adoptando un enfoque de cadena de valor que contempla los impactos directos del proceso productivo (cría, recría, invernada y faena), así como los efectos indirectos a inducidos, es posible concluir que la producción de un novillo tipo genera un Valor Agregado local de USD 1.005 por cabeza, de los cuales el 75% se explica por la contribución de la fase ganadera (cría, recría e invernada) y el restante 25% se asocia al valor agregado durante la fase de procesamiento industrial.

La exportación de ganado en pie ha sido un elemento relevante en la historia de nuestro país y es un punto de discusión en otros países ganaderos, en tanto implica la venta del insumo fundamental en la cadena de valor de la carne vacuna. La exportación de ganado en pie de Uruguay se mantuvo en montos inferiores a las 50 mil cabezas hasta el año 2007. A partir del año 2008, fruto de un aumento de la demanda externa, el número de cabezas exportadas en pie se incrementa superando las 100 mil cabezas anuales en 2008 y las 200 mil en años posteriores. Entre 2008 y 2016 se exportaron 1,5 millones de cabezas, siendo en 2016 el máximo histórico con 273 mil cabezas (más de 10% de los animales faenados en el país).

En términos generales, la estructura arancelaria de los principales destinos de exportación de ganado en pie uruguayo tiende a gravar más aquellos productos que tienen una menor capacidad de generar valor agregado en dichos países. De esta forma, el ganado en pie suele tener aranceles relativamente bajos (más bajos cuanto más jóvenes los animales) y aranceles más altos para los cortes de carne. De los casos analizados, Turquía es por gran distancia el país que presenta mayor diferencia en los aranceles cobrados a productos bovinos, alcanzando una brecha de 225% entre el menos gravado (ganado en pie para cría) y el producto más gravado (cortes de carne). Esto es particularmente relevante dado que fue el principal destino de exportación de ganado en pie, representando el 53% de las exportaciones totales de Uruguay desde el 2008 hasta el 2016.

La exportación de ganado en pie tiene efectos al interior de la cadena (entre agentes) y sobre el conjunto de la cadena. En cuanto al efecto entre agentes de la cadena, la exportación en pie representa un mercado adicional para el eslabón de cría que permite obtener precios más favorables, y mejora su poder de mercado frente a los otros agentes que participan en la cadena de valor (invernadores y frigoríficos). La contracara de esto es la pérdida de valor agregado para la economía, en tanto el ganado exportado no se engorda ni se faena en el país. El total de cabezas exportadas en pie (1,5 millones) desde el 2008 hasta el 2016 habría generado pérdidas netas de VAB por USD 480 millones, equivalente a USD 319 por cabeza».

 

Luego de conocerse la existencia de ese trabajo dispuesto por los empresarios de la industria frigorífica, la gremial de productores convocó a una reunión este lunes de la que participaron el presidente de la Comisión de Ganadería de Diputados, Alejo Umpiérrez; el titular de la Asociación de Consignatarios de Ganado (ACG), Carlos de Freitas, y el expresidente de la Asociación de Exportadores de Ganado en Pie, Alejandro Dutra.

En la FR se entiende que la exportación de ganado en pie tiene una importancia gravitante para el país y que el gobierno la conoce.

Los productores aspiran «a producir tres millones de terneros, a que el criador pueda tener una producción mejor año a año» y, por otro lado, ven «que hay movimientos de la industria frigorífica con la idea de prohibir o restringir la exportación de ganado en pie», señaló Berois.

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