Semana Mundial del Glaucoma

¿Qué es el glaucoma?

El glaucoma es una enfermedad en la cual se produce un aumento de la presión dentro del ojo. Este aumento de presión va dañando lentamente el nervio óptico. El nervio óptico conecta el ojo con nuestro cerebro, este daño producido es irreversible.

No se conoce exactamente qué causa el glaucoma. Existen factores hereditarios, factores raciales, traumatismos oculares importantes, procesos inflamatorios intra-oculares, miopía y otros factores, como la forma del ojo, que pueden asociarse con la presencia de glaucoma.

¿Se puede hacer algo para evitar tener glaucoma?

No, no es posible. Cambios en la alimentación, ejercicios, medicamentos, no son efectivos para evitar padecer glaucoma. El glaucoma no es evitable pero sí tratable, de todas formas, se debe tener claro que es una enfermedad que deberá tratarse durante toda la vida.

¿Existen diferentes tipos de glaucoma?

Podríamos dividir al glaucoma en dos grandes categorías: el glaucoma crónico de ángulo abierto y el glaucoma de ángulo cerrado.

La forma por lejos más frecuente, es el glaucoma crónico de ángulo abierto.

¿Qué síntomas da?

Ninguno en las etapas iniciales. El paciente no tiene forma de percibir como la presión ocular aumentada va dañando al nervio óptico. Puede pasar mucho tiempo antes que el paciente perciba los primeros síntomas.

Cuando el paciente nota que hay zonas de visión que se han perdido, nos encontramos frente a un daño irreversible. Sin embargo, es posible en gran número de casos, detener la progresión del daño y preservar de este modo la visión.

En los casos menos comunes de glaucoma de ángulo cerrado, se producirán subas bruscas y muy altas de la presión ocular. En un ataque de glaucoma agudo el dolor será muy intenso, el ojo se pondrá rojo y la agudeza visual bajará. Existe la posibilidad, si no se controla la presión ocular, de perder la visión del ojo afectado en forma definitiva en un ataque de glaucoma agudo de ángulo cerrado.
¿Quiénes tienen mayor riesgo de padecer glaucoma?

Las personas con familiares directos con glaucoma, los afro descendientes, personas con antecedentes de traumatismos oculares importantes, procesos inflamatorios oculares crónicos, miopes.

¿Cuándo debo controlarme?

La incidencia aumenta por encima de los 40 años y sobre todo si hay alguno de los factores de riesgo señalados. El control deberá realizarse una vez por año y durante toda la vida si la enfermedad no ha sido diagnosticada.

El glaucoma puede existir también en recién nacidos y en niños, si bien son presentaciones mucho menos frecuentes.

¿Me dijeron que tengo glaucoma, me voy a quedar ciego?

La gran mayoría de los pacientes con glaucoma nunca llegan a la ceguera. Con las múltiples opciones terapéuticas de hoy en día, es posible prevenir o detener el daño visual.

Que el glaucoma sea nuestra primera causa de ceguera irreversible se relaciona con el diagnóstico tardío. De allí la necesidad de realizarse el control de la presión ocular en forma periódica.

Tengo glaucoma: ¿porque no me han operado aún?

Sólo se operan los glaucomas en los cuales no es posible controlar la presión ocular con la utilización de colirios (gotas) o alguna forma de láser. Si con la colocación de gotas Ud. logra bajar la presión ocular, no se requerirá la cirugía. Los procedimientos quirúrgicos son invasivos y no están libres de riesgos.

¿Cómo se trata el glaucoma?

Actualmente no hay tratamiento alguno que permita restituir la función de un nervio óptico dañado. Sin embargo, en la mayoría de los casos, sí es posible detener el daño y conservar la visión que se posee en el momento del diagnóstico. Por lo que los objetivos del tratamiento se centrarán en bajar la presión ocular y conservar la visión.

Su oftalmólogo le indicará el tratamiento más apropiado de acuerdo a la etapa en que se encuentra el glaucoma. Si bien se prefiere ir de lo menos invasivo (utilización de gotas) a lo más invasivo (cirugía), en ocasiones el glaucoma debe operarse (cirugía) como primera opción.

Las gotas o colirios anti-glaucomatosos son la forma en la cual se logra controlar a la mayoría de los pacientes con glaucoma. Son la forma más frecuente de tratamiento elegida. No es invasivo y es frecuentemente bien tolerado. Pero recordemos que el apego al tratamiento es una de las claves del éxito.

Hoy existen diferentes formas de aplicar láser para lograr controlar la presión ocular. El láser se utiliza para, en algunos casos, eliminar la necesidad de utilizar colirios o para ayudar a la acción de los colirios. En otros casos, cierto tipo de láser puede elegirse como única opción ante casos donde no se logra bajar en forma adecuada la presión ocular.

Las cirugías, por ser los procedimientos más invasivos, se reservan sólo para los casos donde no se logra controlar la presión ocular o cuando las gotas o el láser están contraindicados o no han funcionado.

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