Obras en cercanías de Villa Sara preocupan a los vecinos

EMPRESARIO ASEGURA QUE SU OBRA NO CAUSARÁ NINGÚN PERJUICIO. Vecinos movilizados escucharon su informe

 

Este viernes 13 de octubre se realizó una reunión de vecinos preocupados por la alteración del nivel del terreno en la margen sur del río Olimar frente a la ciudad de Treinta y Tres donde va a desaparecer casi totalmente un bañado que obraba como contención de las crecientes.

La inquietud no es solo el efecto que puede generar ese cambio topográfico que podría provocar inundaciones en nuevos puntos de las dos plantas urbanas tan próximas, sino que también despierta preocupación el hecho de que se está usando como relleno cenizas de la quema de cáscara de arroz de GALOFER, cuya acumulación tan próxima al cauce del río en un volumen tan grande, podría sumar contaminación al ya tan castigado curso de agua.

En la reunión se hizo presente el empresario Fernando Camacho, propietario del predio donde se está desarrollando la obra, quien afirmó tener todos los permisos necesarios tras haber cumplido las exigencias legales (que incluyen estudios de impacto ambiental)  para llevar adelante su proyecto.

Según explicó, la primera parte de su emprendimiento consistió en la creación de una playa de estacionamiento de camiones donde también se han instalado servicios de logística y oficinas de algunas empresas que operan en la zona. Ahora se propone construir un complejo turístico de 14 cabañas, un parador, piscinas y un camping, para atender a los viajeros que visitan la ciudad de Treinta y Tres. Exhibió una carpeta en cuyo interior dijo que estaban los documentos que prueban sus dichos, prometiendo hacer copias para entregar a los vecinos movilizados con quienes desea mantener, según expresó,  las mejores relaciones.

Camacho concurrió acompañado de Gustavo Correa, titular de la empresa de logística que está rellenando el terreno, quien explicó las indicaciones que tiene de la DINAMA. Según informó, no se le exige encapsular la ceniza pues basta con encerrarla a determinada profundidad entre paredes de tierra y balasto.

Los organizadores de la reunión agradecieron y valoraron la actitud de los empresarios que asistieron voluntariamente y quedan a la espera de acceder a la documentación prometida.

Entre los vecinos presentes hubo quienes afirmaron que desde que se empezó a rellenar el bañado las crecientes llegan más lejos y más alto, e incluso uno de ellos tiene un registro escrito con mediciones en fechas específicas que permiten una comparación del comportamiento del agua antes y después del inicio de la obra, lo que pone en duda la exactitud de los cálculos técnicos previos que parecen minimizar esa posibilidad

Es un tema que habrá que seguir con atención, especialmente para conocer el tipo de  estudios ambientales que estarían avalando lo que a primera vista parece una modificación de muy fuerte impacto en la topografía rivereña, agravada con la acumulación de residuos industriales en un lugar que no parece adecuado.

Aníbal Terán Castromán