Desde hace meses la cúpula del sindicato de Tienda Inglesa es cuestionada por muchos trabajadores del supermercado. Los inconvenientes más evidentes comenzaron cuando la nueva dirección de la empresa anunció su intención de llevar a cabo un recorte en los beneficios que percibían los empleados. Allí comenzó una negociación entre las partes que terminó con una fuerte disputa interna entre los propios trabajadores.
El viernes 6 de este mes, un grupo de delegados enfrentados con la conducción del gremio presentó una demanda penal contra la cúpula del Sindicato de Trabajadores de Tienda Inglesa (Sitti) para que explique el destino de algunos de los fondos recaudados, provenientes de la cuota mensual de los afiliados.
El sustento de la demanda es la grabación de una reunión de integrantes de la lista 2013 (que tiene la mayoría de los cargos del Sitti). El audio –al que accedió El Observador– rápidamente comenzó a circular entre trabajadores, que redoblaron sus críticas hacia la conducción del gremio. En la reunión que fue grabada uno de los participantes reconoce haberse equivocado al entregar préstamos a algunos de sus compañeros de lista. «Hay cosas (en las) que nosotros tenemos que ser más prolijos. Nosotros, sobre todo, y para tratar de que de afuera no nos peguen», dice en el audio.
«(Se refería) específicamente de lo que pasó con el préstamo que les hice a ustedes por los teléfonos; después que lo hice, yo me equivoqué al hacerlo», aclaró. Y luego alertó: «Quiero que los compañeros lo entiendan. Si hoy tuviera una inspección de fiscales (del sindicato) hay dos salidas de caja que no puedo justificar. Son diez lucas ($ 10 mil). Y nos van a pegar a todos, no me van a pegar a mí solo. A mí me van a sacar del orto y está bien».
En otra parte de la conversación el mismo sindicalista señala: «Menos mal que no está instalada la comisión fiscal porque primero me saca del cargo, con razón, y segundo metemos a la lista en un problema». Después otro de los participantes le dice a quien otorgó el préstamo que «nunca» se buscó «en la lista un culpable de algo».
«Errores siempre vamos a tener (…) hoy o mañana te cae a vos un fiscal que te pide los papeles, yo consigo los cuatro palos y te los doy», dijo.
Avanzada la conversación el primer dirigente (quien se responsabiliza por haber prestado la plata para teléfonos) expresa: «A veces en la vorágine de las cosas uno no se da cuenta de esto, que parecen pequeñeces, pero cuando te parás en un plano objetivo o alguien te dice, vos reflexionás y decís: puta madre, la cagué».
Con la grabación, trabajadores de Tienda Inglesa –que conformaron un grupo de delegados del sindicato, en oposición a la conducción– recurrieron a la Justicia. El viernes 6 de este mes, presentaron una acción ante el Juzgado Letrado de Primera Instancia en lo Penal de 6° turno contra todos los participantes de la reunión –a los que afirman tener identificados–, por sospechas sobre el mal uso de los fondos que realiza la cúpula del sindicato. Cada afiliado aporta como cuota sindical el 1% de su salario. Las remuneraciones en Tienda Inglesa son las más altas que se pagan en el rubro supermercados.
El secretario general del Sitti, Ariel Britos (que forma parte de la lista mayoritaria), dijo a El Observador estar al tanto de la situación y que espera la citación judicial para hacer los descargos correspondientes. «El audio no habla de nada más que del gasto de un celular que se le compra al secretario general del sindicato. El celular es una herramienta de trabajo para nosotros», manifestó.
Britos indicó que la plata por la compra del celular fue devuelta. «En el audio se dice que la plata se va a devolver, no hay nada que diga que alguien está robando o se está haciendo rico por la compra de un celular», dijo.
El dirigente agregó que «es muy fácil tomar un audio, poner lo que uno más o menos piensa y generar lo que se generó. El audio fue grabado sin consentimiento de nadie y sacado de contexto; estamos esperando que nos cite el juzgado y presentar las cosas como fueron».
Los primeros problemas en la cadena de supermercados surgieron a comienzos de año cuando Tienda Inglesa comunicó la intención de aplicar algunos recortes en los beneficios que recibían los trabajadores. Luego de una serie de negociaciones entre el sindicato y la dirección de la compañía, el 22 de junio se firmó un preacuerdo en el Ministerio de Trabajo donde se establecieron algunos de los beneficios que serían modificados o eliminados. Pero una asamblea realizada al lunes siguiente rechazó el escrito. Con los ánimos crispados se dio comienzo a una nueva negociación y el 19 de julio se acordó la fórmula final entre las partes para los recortes. Pero las discrepancias entre trabajadores y dirigentes no quedaron atrás y ahora llegaron hasta los juzgados.