Estarán destinados a los hijos de los soldados y a adolescentes con el objetivo de que tengan herramientas para «defenderse en la vida»
El Ejército apostará a abrir las puertas de sus cuarteles al barrio y saldrá a «dar una mano» a los vecinos de las zonas periféricas de Montevideo, con el objetivo de que tengan herramientas para «defenderse en la vida».
El comandante en jefe, Guido Manini Ríos, tiene esa idea desde hace un tiempo en su cabeza. ¿Por qué no utilizar la infraestructura que el Ejército tiene en los barrios más humildes para capacitar a los jóvenes en diferentes oficios? Luego de analizar la iniciativa, el militar decidió impulsarla y ahora está en proceso de darle forma.
El Ejército invitará a los hijos de los soldados, pero también al resto de los jóvenes del barrio donde están ubicados los cuarteles, a ingresar en sus reparticiones y les brindará cursos en una gran variedad de oficios.
«La idea es que en los batallones en contexto crítico, que son casi todos porque estamos en el perímetro de la ciudad, vamos a enseñar oficios a los hijos del personal y, acorde a las plazas que haya, también a los civiles», dijo Wilfredo Paiva, jefe del departamento de Comunicación Social del Ejército. «El Ejército abre sus puertas. Pensamos que se va a anotar mucha gente. Vamos a invitar, vamos a poner requisitos y vamos a definir cuántos lugares van a haber por curso», agregó el coronel.
A modo de ejemplo, Paiva informó que los cursos disponibles serán de instalaciones eléctricas, herrería, albañilería, carpintería, trabajos en aluminio y sanitaria, entre una larga lista de etcéteras.
Enseñar ese tipo de habilidades no es nuevo para el Ejército. La institución tiene en la actualidad 117 cursos de diferentes capacitaciones para su personal subalterno, con un mínimo de 1.164 plazas anuales y un máximo de 3.063. La lista de oficios que se enseñan dentro de los cuarteles es tan larga como diversa.
Algunas de los cursos que se brindan son altamente especializadas para tareas militares, como manejo del estrés en misiones de paz o guía de perros de detección de explosivos. Pero otras son más cotidianas, como informática o ayudante de carpintero.
Ahora la novedad es que toda esta trayectoria enseñando oficios dejará de ser exclusiva para los soldados y comenzará a incorporar no solo a los hijos de los uniformados, sino también a sus vecinos del barrio.
Aún no hay una fecha definida del inicio de estos cursos. El asunto está siendo analizado en la interna del Ejército, bajo la atenta mirada de Manini Ríos, quien se ha mostrado muy entusiasmado con la idea en conversaciones con sus colaboradores.
El impulso llega en un momento en que la popularidad del Ejército en la sociedad uruguaya atraviesa un buen momento.
Además, en las conversaciones entre los altos jerarcas militares, uno de los temas recurrentes es la dura realidad social de los barrios que frecuentan a diario cuando llegan a los cuarteles.
En los alrededores de los batallones del Cerro, de Casavalle, de la Gruta de Lourdes, de Peñarol, Toledo, el Cementerio del Norte, Instrucciones y Belloni, o Parque Roosevelt, entre otros, la pobreza está a la vista de todos.
La intención es que los cursos comiencen en Montevideo y sus alrededores. Luego, habrá una evaluación exhaustiva de los resultados obtenidos y, en función de eso, podrá evaluarse extender la experiencia a otras zonas del país.
✏ Sebastián Panzl