Estaba previsto que la operación durara menos de 20 minutos. El objetivo era extirparle el ganglio centinela (el primer ganglio de la cadena linfática) y para ello se utilizaría anestesia local potenciada. Pero lo que debía haber sido una operación sencilla —prácticamente igual que extraerle una muela, según les había dicho un médico— terminó complicándose más de lo previsto y acabó con la muerte del joven de 23 años.
Del fatal desenlace de Rodrigo Aguirre Camblor (hermano del ex técnico de Peñarol Diego Aguirre) ya ha transcurrido una década, y su madre, Liropeya Camblor, sigue luchando por evitar que la historia de su hijo vuelva a repetirse. Por eso, hace unas semanas propuso por tercera vez —en este caso, de la mano de la diputada del Partido Colorado Nibia Reisch— un proyecto de ley que obliga a los centros de salud, tanto públicos como privados, a utilizar dispositivos de audio y video en los bloques quirúrgicos. El objetivo es «registrar la totalidad de las acciones y procedimientos que se cumplan en los mismos».
En todo caso deberá asegurarse la privacidad de los pacientes y del personal de salud que se encuentre presente o intervenga en las acciones y procedimientos que resulten filmados o grabados, «rigiendo el principio de confidencialidad como derecho y deber de todas las partes», se establece en el documento.
De acuerdo a Liropeya, la propuesta es similar a las «cajas negras» que se utilizan en los aviones y que permiten reconstruir los momentos previos a un accidente aéreo. La caja negra quirúrgica cumpliría el mismo objetivo.
«La idea no es acusar a nadie, sino saber exactamente qué es lo que sucede dentro del quirófano, poder determinar las causas de los errores y aprender de ellos para que no vuelvan a suceder», dice.
El hecho de que quede todo registrado «resultaría una garantía tanto para el personal médico como para los pacientes frente a los eventos adversos que pueden ocurrir» en el interior de la sala de operación.
«A su vez, sería útil desde el punto de vista didáctico para que los estudiantes de medicina puedan analizar cuál fue el evento adverso, cómo sucedió y cómo se podía haber evitado», alega.
Registrados
El proyecto también establece que los centros de salud deberán llevar un registro digitalizado «de las acciones y procedimientos cumplidos, los nombres, datos y funciones de las personas que intervienen en el acto médico o que estén presentes durante el mismo, así como el detalle de los instrumentos utilizados y cualquier acontecimiento que ocurra durante la intervención». Esa información es confidencial y solo podrá ser solicitada mediante una orden judicial o para fines exclusivamente docentes, siempre que se salvaguarde la identidad de los pacientes y del personal médico.
El proyecto dispone la obligatoriedad de la «pausa médica» previa a todo acto quirúrgico. Esto significa que antes de comenzar una operación se deben revisar «todos los elementos e instrumentos necesarios» para la intervención.
Si no se cumplen esas obligaciones, el texto prevé multas y sanciones.
Invento de un médico canadiense
Cuando ocurre un accidente de aviación, uno de los principales objetivos de las labores de rescate es recuperar la llamada «caja negra», dispositivo que además de grabar las conversaciones del piloto, el copiloto y la torre de control, registra vital información del avión (como la altura, la velocidad de descenso, el estado de los motores, etc).
La caja negra (que en realidad es de color anaranjado) permite reconstruir los momentos previos al accidente y tratar de determinar su causa.
Del mismo modo, la caja negra quirúrgica creada por el médico canadiense Teodoro Grantcharov (que es en realidad de color azul) registra todo lo que sucede durante una operación. Para eso, se colocan tres cámaras de video, dos de las cuales registran las acciones del cirujanos, enfermeros, anestesiólogos y demás personal de la sala, y la tercera filma la operación misma. Se colocan micrófonos para registrar todas las conversaciones del personal médico.
Pero el aspecto más novedoso de la caja negra quirúrgica es que, además de audio y video, algunas funciones vitales del paciente, como el pulso, respiración, presión arterial, temperatura y nivel de oxígeno en la sangre están siendo permanentemente monitoreadas y sincronizadas con las imágenes y sonidos. También se registra la hora, el tipo y la cantidad de medicamentos que se le administran al paciente.