Los actos alusivos al Día Internacional de la Mujer no deberían distraernos de la lucha central que nos impone la época en que nos ha tocado vivir.
No tengo dudas de que a la clase dominante le conviene vernos enfrascados en asuntos como los derechos de la mujer, especialmente si adoptamos el discurso que resume todo a motivos culturales: machismo, patriarcado, violencia, discriminación, desigualdad, … ¡Cómo le sirve a los líderes mundiales que estemos entretenidos en esa discusión!
Mientras gastamos energías en eso, ellos no se sienten cuestionados en las políticas que están llevando el planeta y sus habitantes a la destrucción. Por eso, con gusto aportan dinero para que funcionen organizaciones en defensa de la mujer y sus derechos, lo que consideran una buena inversión. Financiando, por ejemplo, ONGs que se ocupen del tema, los mismos promotores de la violencia sacan patente de responsabilidad social.
Los gobiernos hacen concesiones que quieren que veamos como triunfos, nos dan piola para que remontemos en este tema, porque lo que les importa es que no cuestionemos el orden mundial que nos imponen. Prefieren vernos ocupados en buscar paliativos y no atacando la raíz del problema.
El planeta Tierra es una nave en vuelo. El egoísmo más absurdo junto con la ambición desmedida de los que ocupan la cabina de mando, nos va llevando a todos en un viaje suicida. Que los pasajeros deliberen entre si sobre qué asiento le corresponde a cada quien, no pone en riesgo el lugar de privilegio de los comandantes. ¡Lo peligroso para ellos sería que discutiéramos sobre cómo tomar el control de la nave…!
Lo que digo no debe interpretarse como un intento de minimizar la importancia de reivindicar los derechos de las mujeres. Lo que trato de decir es que mujeres y hombres viviremos mejor si cambiamos el sistema que nos oprime a todos. La lucha contra ese sistema es la mejor forma de promover los derechos de todos.
Hay una forma de hacer del Día Internacional de la Mujer una jornada productiva: utilizarlo para fortalecer la lucha contra un sistema basado en las leyes del mercado, esencialmente injusto, que es el responsable de la violencia en todas sus formas. Así evitaremos que se transforme en otra maniobra de distracción y entretenimiento.
Aníbal Terán Castromán
