Carboclor, petroquímica de Ancap en Argentina, está al borde de la quiebra

Tiene 18,7 millones de dólares de pasivo ya no puede pagar a acreedores. Un modelo de negocios que se ideó en la segunda Administración Sanguinetti

La petroquímica de Ancap en Argentina solicitó a la justicia de ese país un concurso preventivo a partir de un pasivo de 18,7 millones de dolares.

El pedido se realizó a fines del año pasado, pero recién se conoció ahora. Es un último intento de salvataje, el paso previo a la quiebra.

Se intenta así evitar el cobro de más intereses por parte de los acreedores, y eventualmente vender el paquete accionario.

Según El País, se trata del peor desempeño desde que empezó a operar en 2003.

Carboclor -situada en la localidad bonaerense de Campana- tenía a diciembre de 2016 un pasivo total equivalente a unos 35 millones de dólares.

La empresa no ha podido cumplir con préstamos y deudas comerciales.

La apertura del concurso no se realizó en espera de la designación de un juez. Resta definir los pasivos concursales y la presentación y tratamiento de la propuesta de acuerdo preventivo.

Por el momento la petroquímica funciona bajo vigilancia y se limita a pagar impuestos y salarios de sus trabajadores.

El balance señala que «el margen del negocio fue negativamente afectado por la contracción de la demanda en el mercado interno y en Brasil, la caída de los precios en el mercado internacional y el impacto de la nueva resolución del Ministerio de Energía y Minería que exige un mayor agregado de etanol en las gasolinas».

Carboclor comenzó a operar en 2003 y es subdiaria de una idea que venía de antes.

En setiembre de 1998, durante la segunda Administración Sanguinetti, Ancap adquirió el 33% de las acciones de Sol Petróleo por U$S 30 millones.

La firma argentina era propietaria de una distribuidora de combustibles que abastecía a una red de estaciones de servicio de Buenos Aires, y de una planta de productos petroquímicos.

La idea de Ancap entonces era expandirse hacia el vecino país.

Durante los años posteriores, la empresa estatal uruguaya debió asistir los problemas financieros de su proyecto argentino.

Tiempo después se detectaron fraudes cometidos por parte de socios en Sol Petróleo por varios millones de dólares, y los denunció a la Justicia argentina en 2001.

Separó la empresa en dos partes, y se quedó con el 83,4% de las acciones de CPSA, que implica la red de estaciones y la marca Sol, y con el 6,1% de las acciones de Sol Petróleo la petroquímica?con una opción de compra del total del paquete accionario por U$S 5,1 millones.

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