Al menos 52 personas murieron en condiciones violentas en Victoria, capital del estado brasileño de Espíritu Santo, desde el sábado, cuando la policía militar inició una huelga en protesta por la falta de inversión en materia de seguridad, informaron fuentes sindicales.
«El gobierno «(de Espíritu Santo) viene tratando la seguridad con desdén, está precarizando los servicios, no invierte en seguridad y no da valor al personal», dijo a Efe el presidente del Sindicato de Policías Civiles estatal, Jorge Emiliano Legal.
En los últimos tres días, hubo un aumento en los crímenes principalmente de «homicidios, robos, y hurtos», que derivaron, hasta el momento, en 52 muertes, «récord» histórico para Vitcoria en febrero, añadió.
Según el dirigente sindical, la ciudad vive un «verdadero caos» en materia de seguridad y los habitantes están «nerviosos» ante los asaltos que se produjeron desde que los agentes decidieron ir a la huelga.
Desde el sábado, familiares de los policías militarizados, que exigen una mayor inversión para garantizar el buen ejercicio de sus funciones así como un «reajuste salarial» se manifestaron y han impedido la salida de los agentes de sus cuarteles.
Los familiares encabezan la protesta porque los agentes tienen estatus de soldados y el Código Penal Militar brasileño castiga con una condena de hasta dos años de prisión su participación en huelgas o manifestaciones.
El Ministerio de Defensa autorizó el envío de las Fuerzas Armadas «para garantizar la ley y el orden» en la ciudad respondiendo a una petición del gobernador.
Para el sindicato, esta decisión constituye un «paliativo» que «no va a resolver el problema de la inseguridad» ya que el combate al crimen solo puede ser efectivo si se invierte en la «reestructuración del cuerpo y en recursos humanos».
«Va a ser un paliativo porque (el Ejército) tendrá que volver un día a los cuarteles y el crimen seguirá entonces libre para actuar», aseveró Legal.