¿Qué lunares tienen riesgo de ser malignos? Los que tengan algunas de estas características:
Asimetría: una mitad y otra son diferentes.
Bordes: irregularidades o borrosos.
Colores: diferentes al mismo tiempo: negro, marrón, blanco, rojo.
Diámetro: mayor a 6mm.
Evolución: cambios en el tamaño, forma. Puede sangrar o picar.
Si bien existen innumerables agentes químicos y biológicos que afectan la piel, uno de los más importantes es la radiación ultravioleta (UV) emitida por los rayos solares. No se puede ver ni sentir. Se puede clasificar en: UV-A, UV-B y UV-C.
La piel es el órgano más gran de nuestro cuerpo. Está en contacto directo con el medio ambiente. Participa en el control de la temperatura corporal y nos protege de agentes químicos, infecciones y radiaciones. Además tiene memoria, los efectos de la radiación UV se acumulan en nuestra piel a lo largo de toda la vida.
¿Por qué es necesario protegerse? Porque cada exposición aumenta la chance de llegar a una etapa “irreversible”. Porque el 80% de la exposición a la radiación UV ocurre antes de los 18 años de edad. La piel de los niños es más sensible a los efectos del sol. Y porque el bronceado es sinónimo de piel dañada. La piel cambia de color en respuesta a la agresión de los rayos UV. No existe el bronceado sin riesgo, por eso es necesario protegerse durante toda la vida, a fin de disminuir el riesgo de daño acumulativo.
Recomendaciones generales: por fuera, mantener una buena higiene, hidratación y protección. Por dentro, hidratación, beber mucha agua y alimentarse bien, comer frutas y verduras.
Elementos de protección:
- Horario: Evitar exposición entre las 11:00 y las 16:00 horas.
- Vestimenta: Que cubra hombros, brazos y piernas. Colores oscuros, ya que es más resistente a los rayos ultravioletas.
- Gorro: De ala ancha o tipo legionario que proteja cara, orejas y cuello.
- Protector solar: Aplicarlo siempre media hora antes de la exposición.
- Alimentación saludable: Líquidos, frutas y verduras.
Y por último, recomendaciones finales a modo de resumen:
- Busque la sombra.
- Use productos fotoprotectores.
- Cubra su cabeza con un sombrero.
- Use anteojos para sol con protección UV.
- Proteja su cuerpo con ropa liviana y oscura.
- Evite métodos artificiales para el bronceado de la piel.
- Examine su piel regularmente y concurra a su médico.
Comisión Honoraria de Lucha Contra el Cáncer.
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