La brasileña Frankielen da Silva estuvo medicada durante 123 días para que los niños pudieran nacer. Luego, fue desconectada y su corazón fue donado
Cuando cumplía sólo 9 semanas de gestación, la brasileña Frankielen da Silva Zampoli Padilha sufrió una muerte cerebral. Y su esposo tomó la decisión de mantenerla con vida, conectada a un respirador artificial, para que los gemelos crezcan en su vientre y puedan nacer.
Un día, el padre de los niños, Muriel Padilha, encontró a su mujer temblando, llorando y vomitando por el dolor. Rápidamente la llevó al hospital y allí le diagnosticaron muerte cerebral por una hemorragia, explicó un artículo del New York Post.
Frankielen fue medicada durante 123 días para evitar que muriera y se convirtió en la persona con muerte cerebral que ha estado más tiempo mantenida con vida. Su pareja reconoce que los doctores aceptaron el procedimiento al detectar los latidos de los bebés.
Para que Asaph y Anna Victoria nacieran sanos, tuvieron que hacerle una cesárea de emergencia. Los pequeños estuvieron en incubadoras e internados en el hospital durante tres meses.
El respirador de Frankielen fue apagado y su corazón y riñones fueron donados para salvar la vida a otras dos personas.