De película, testean «vientre» artificial con corderos

La idea podría ser parte de una película de ciencia ficción – un cordero dentro de una bolsa de plástico con tubos y fluidos que les ayudan a crecer.

Pero los investigadores, de Hospital Infantil de Filadelfia (CHOP por sus siglas en inglés), han mostrado que es posible nutrir y proteger a corderos en etapas de gestación tardías dentro de un vientre artificial; una tecnología que podría salvar la vida de bebés humanos prematuros en sólo unos años.

Los infantes que nacen durante o antes de las 25 semanas – el embarazo dura 40 semanas – tienen muy pocas probabilidades de supervivencia y en México se trata de la mayor causa de mortalidad infantil.

Con un vientre artificial los bebés pueden continuar su desarrollo – incluso unas semanas de crecimiento ‘extra’ pueden ser la diferencia entre severos problemas de salud y un bebé relativamente sano.

“Estos infantes tienen una necesidad urgente por un puente entre el vientre de la madre y el mundo exterior,” declaró Alan Flake, investigador del estudio y cirujano fetal en CHOP. “Si podemos desarrollar un sistema extra-uterino para apoyar el crecimiento y la maduración de los órganos por sólo una semanas más, podemos mejorar dramáticamente los resultados para bebés muy prematuros.”

Los investigadores utilizaron a ocho corderos de entre 105 y 120 días de gestación (equivalentes a la semana 23 a la 24 en humanos) y los colocaron dentro de un vientre artificial.

El vientre mismo, una bolsa sellada y estéril, es rellenada con una solución de electrolitos que hace el papel el fluido amniótico en el útero. El propio corazón del cordero bombea la sangre a través del cordón umbilical a una máquina de intercambio de gases afuera de la bolsa. El siguiente diagrama nos da una idea de cómo funciona:

Aunque fue con corderos, en el estudio, el vientre artificial funcionó – después de sólo unas semanas el cerebro y los pulmones de los corderos habían madurado. También les creció lana, se movían, abrían los ojos y podían tragar.

Los resultados, publicados en el diario Nature Communications, muestran que los corderos tuvieron una maduración normal en todas las formas medibles.

Aunque el estudio es muy prometedor aún no podemos emocionarnos demasiado. Llevar la investigación a un punto en el que funcione para bebés humanos será un gran paso, pero si todo sale bien los investigadores esperan probar el dispositivo en humanos prematuros en los próximos cuatro años.

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