Un agente de la Policía nacional italiana Luca Scatà, de 29 años y que se encontraba en periodo de prueba, mató en Milán (Norte) al tunecino sospechoso de cometer el atentado de Berlín, Anis Amri, de 25 años.
Scata patrullaba las calles de Milán con su compañero Cristian Movio, de 36 años, cuando éste resultó herido en un hombro por un disparo del tunecino y tuvo que ser ingresado en un hospital de Monza (norte) donde será operado, aunque su vida no corre peligro.
«Hablamos de estos dos chicos como personas extraordinarias, muy jóvenes y que estaban simplemente realizando su servicio a la comunidad. Puedo interpretar el sentimiento de todo el país y decirles que Italia les agradece su trabajo», dijo el ministro del Interior italiano, Marco Minniti.
El ministro confirmó «sin duda» la identidad de Amri e informó de que el tiroteo se produjo a las 3.00 locales (2.00 GMT) en el barrio milanés de Sesto San Giovanni, cuando la policía paró al sospechoso en un rutinario control de seguridad.
El sospechoso vagaba sin rumbo en la zona de la estación y fue detenido por la patrulla para que les mostrase sus documentos.
El tunecino abrió su mochila, extrajo una pistola -los medios aseguran que de calibre 22- y disparó a Movio.
Entonces Scatá disparó al tunecino, que falleció en el acto.
El ministro no ha querido dar más detalles debido a que está en marcha una investigación y lo único que se ha desvelado es que el tunecino había llegado a Milán esa misma noche procedente de Turín, donde había llegado procedente de Chambery, en Francia.
Amri, que ayer cumplía 25 años, llegó con el tren de las 01.00 horas locales (00.00 GMT) a la estación Central de Milán y después tomó el metro hasta la parada de Sesto San Giovanni.
Los medios explican que el sospechoso del atentado de Berlín, que causó 12 muertos, viajaba sin documentos, pero se desconoce si llevaba un teléfono móvil o que contenía la mochila.
Amri desembarco en 2011 en Italia como inmigrante y fue encarcelado durante cuatro años por delitos como amenazas, robo y agresión y a su salida de la prisión se le comunicó la expulsión del país, pero se le perdió de vista.