Ahora podemos descifrar las emociones de los cerdos. A partir de miles de grabaciones acústicas recogidas a lo largo de la vida de los cerdos, desde su nacimiento hasta su muerte, un equipo internacional es el primero del mundo en traducir los gruñidos de los cerdos en emociones reales en un amplio número de condiciones y etapas de la vida.
Un equipo internacional de investigadores ha desarrollo un algoritmo que puede traducir el estado emocional de los cerdos a partir del sonido de sus gruñidos. Los investigadores indican que el sistema podría utilizarse para controlar el bienestar de los cerdos en una granja en tiempo real.
Los cerdos domésticos presentan variedades muy sofisticadas de expresión vocal. Estudios anteriores han establecido correlaciones entre llamadas de alta frecuencia, como chillidos y gritos, que se asocian a emociones negativas, y gruñidos de baja frecuencia que se asocian a emociones positivas o neutras. Pero entre esos dos extremos hay una variedad de sonidos que se conocen menos.
La nueva investigación se propuso en primer lugar comprender la amplia gama de vocalizaciones de los cerdos. Para ello, los investigadores catalogaron 7.414 sonidos diferentes de cerdos, recogidos de 411 animales.
Cada sonido de los cerdos se acompañó de observaciones detalladas de su comportamiento y, en la medida de lo posible, de la monitorización de su ritmo cardíaco para establecer asociaciones emocionales positivas o negativas. Se estudiaron escenarios positivos, como lechones mamando o jugando con juguetes, y también se siguieron escenarios emocionalmente negativos, como peleas, separación de la familia y sacrificio.
En general, los resultados validaron observaciones anteriores que relacionaban las llamadas de alta frecuencia con estados emocionales negativos y los sonidos de baja frecuencia con estados emocionales positivos. Sin embargo, los investigadores descubrieron un volumen significativo de llamadas que no se correlacionaban con esa simple distinción.
Dos características acústicas concretas resultaron ser tan importantes como la frecuencia para comprender la valencia emocional: la duración y la tasa de modulación de la amplitud. Por ejemplo, se determinó que un chillido de alta frecuencia representaba una emoción positiva cuando era corto y contenía pocas modulaciones de amplitud.
Hay claras diferencias en las llamadas de los cerdos cuando observamos situaciones positivas y negativas. En las situaciones positivas, las llamadas son mucho más cortas, con pequeñas fluctuaciones de amplitud. Los gruñidos, más concretamente, comienzan altos y van bajando de frecuencia.
A continuación, los investigadores utilizaron una red neuronal para desarrollar un algoritmo capaz de traducir la característica emocional de los sonidos de los cerdos. En este estudio de prueba de concepto, los investigadores afirman que la iteración inicial del algoritmo puede traducir correctamente las emociones de los cerdos a partir de sus llamadas con una precisión del 92%.
El objetivo a largo plazo, según los investigadores, sería desarrollar algún tipo de aplicación que pueda controlar el bienestar emocional de los cerdos comerciales en tiempo real. Briefer también plantea la hipótesis de que su método de análisis es transferible a otros tipos de mamíferos, lo que sugiere la posibilidad de una especie de traductor universal que podría rastrear las emociones de los animales por los sonidos que emiten.
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