A partir del 3 de enero llegarán al país las vacunas para niños de entre 5 y 11 años

Tras una reunión con el laboratorio Pfizer, el secretario de la Presidencia, Álvaro Delgado, confirmó la llegada de vacunas contra la COVID-19 para menores de entre 5 y 11 años, 200.000 durante enero y otras 200.000 en febrero. El objetivo es inocular a la mayor cantidad de ellos antes del inicio del año escolar. El jerarca destacó que Uruguay será el primer país de América Latina en recibir dosis pediátricas.

Delgado dijo, en una rueda de prensa, que se prevé que las vacunas arriben a partir del 3 de enero, a razón de un lote por semana hasta completar las 200.000 dosis. Estimó que durante el mes de febrero, llegarán otras 200.000. Recordó que la inoculación no es obligatoria, pero, mencionó, se espera que un alto número de niños estén vacunados para el inicio del año escolar.

Recalcó la importancia de que todos los sectores de la sociedad se inoculen y que, aunque los niños no presenten cuadros preocupantes, muchas veces generan contagios. Uruguay es el primer país de América Latina en recibir las dosis para niños menores de 11 años, como en su momento también lo fue en vacunar a los comprendidos entre los 12 y los 18 años.

Añadió que se trata de una tendencia mundial, que en estos días Francia y España aprobaron la inoculación de niños y que esto demuestra la necesidad de protegerse ante la aparición de nuevas cepas. Manifestó que el Gobierno insistirá en la vacunación de los menores porque ello posibilitará el blindaje inmunitario de toda la población. A su vez, resaltó la necesidad de que los mayores de 12 años reciban un refuerzo.

En la actualidad, el 42% de la población de Uruguay cuenta con una tercera dosis y se espera aumentar ese número, ya que está comprobado científicamente que conlleva una ayuda inmunitaria ante nuevas variantes tanto para disminuir la cifra de contagios como los síntomas y el desarrollo grave de la enfermedad.

Respecto al aumento de casos en el país, expresó que lo más trascendente es la estabilidad de las personas internadas en los centros de tratamiento intensivo (CTI), lo que prueba que la vacuna es efectiva. Luego aclaró que vacunarse no es solo un acto de responsabilidad, sino de solidaridad con los seres queridos.