Esta historia merece ser conocida ya que se trata de una creación uruguaya en pleno proceso de Dictadura, en 1978, Pablo Lecueder, que marcó toda una época en la música de este país y que aún lo sigue haciendo.
La Noche de la Nostalgia, Su creador: Pablo Lecueder
Primera fiesta: 24 de agosto de 1978 en Ton Ton Metek.
Pablo Lecueder vivía en USA y cuando volvió al país, conoció a Daniel Leal, disc jockey de los grandes de aquellas épocas, y de esta amistad, surgió que Pablo Lecueder se hiciera visitante asiduo de Radio Panamericana, y de los programas de Daniel Leal.
El impacto de este disc jockey en este muchacho de 16 años, fue enorme, al punto de que a Pablo se le ocurrió tener un programa suyo al que llamaría «Old Hits», y así fue que Pablo Lecueder se inició en esto de pasar música en las radios, precisamente en Radio Panamericana, hasta que el 24 de agosto de 1977 se trasladó a Radiomundo, con un programa ya conocido y con publicidad suficiente como para mantenerlo al aire.
Con su triunfo vino el deseo de festejar, y comenzó la búsqueda de algún boliche o de algún local bailable que pudiera alquilarse para festejar a su manera, con oldies.
Se encontró que tanto los viernes como los sábados era imposible conseguir un boliche en estas condiciones.
Como buen uruguayo, tomó el calendario del año 1978, donde ya contaba con 21 años, y ubicó algún feriado que le pudiera venir bien, así que se encontró de frente con el 24 de agosto, fecha en la cual había dejado Radio Panamericana, por ahí que esta fecha resonara dentro de él y decidiera entonces bautizar su tan deseada fiesta como «Noche de la Nostalgia» y su frase más conocida, es «Recordar es lindo, pero con música, es mucho mejor».
El haber elegido el 24 de agosto, sin pensar mucho en el futuro, lo que le dio, fue inmovilidad a la fecha, pues de haber sido cualquier viernes o sábado, ya no sería lo mismo, en cambio, caiga cuando caiga, el 24 de agosto siempre será el 24 de agosto.
Como esta primera edición fue un éxito, pensó enseguida en repetir esta fiesta, pero por diferentes circunstancias, se le fue el resto del año y gran parte del año 1979, y cuando quiso acordar, estaba en las mismas, con ganas de hacer la fiesta y cercano nuevamente al 24 de agosto.
Si bien su deseo, fue hacer la fiesta en Zum Zum, tan vinculado a Daniel Leal, su iniciador, en sus primeras ediciones, no pudo hacerlo, por lo que las primeras fiestas de la Noche de la Nostalgia fueron en Ton Ton Metek año 1978 y 1979, en Lancelot 1980, en 1981 vuelve a Ton Ton y en 1982 nuevamente a Lancelot, en 1983 en Magique para luego instalarse definitivamente en Zum Zum, según era su deseo.
Una de las pautas, sólo se podía ingresar en pareja y me parece totalmente válido, es una noche de recuerdos, que además prendió en todos los uruguayos, vayan o no vayan a bailar, quizás cueste recordar que se celebra el 25 de agosto, pero todos saben qué pasa el 24 de agosto.
Viendo la dimensión que tomó esta fiesta, Lecueder decidió donar los derechos de su título, pues tuvo que registrarlo a la luz de todos los boliches que se colgaron con fiestas del mismo nombre y en el mismo día y en tan importante evento se convirtió que según la ley 17.825 se denomina a la noche del 24 de Agosto, La Noche de la Nostalgia y se comunica al Ministerio de Turismo para que promueva esta fecha como un evento turístico más del país.
Claro que nuestros jóvenes quizás se pregunten porqué esta cosa de la Nostalgia.
Mucho ha cambiado. Antes, salíamos con horario, las fiestas de los sábados eran de 10 de la noche hasta las 3.45 a.m., cuando teníamos entre 16 y 18 años, y no quedaba otra que Lulo’s discoteque, el Bohemios o el Club Banco República y a muchos, como a mi, me llevaba y me traía mi padre, nada de andar por ahí sola o en barra, de noche y de tomar alcohol, ni hablamos, comenta alguien.
Para los más grandecitos estaban las «boites» que seguro, los de menos de 30 ni siquiera saben pronunciar la palabra, como Chez Carlo (creo que se escribe así) en la curva de Punta Gorda, A Baiuka, Ton Ton, Lancelot que para mi era todo un placer concurrir por sus instalaciones y por el lugar en si, ahí fui a muchas fiestas ya siendo más grande, donde me encontraba con mi querido amigo y compañero de escuela, Henry Mullins.
En aquellas épocas, la chicas tomaban cocktails, el clásico de frutas sin alcohol, aunque alguna se atrevía y lo pedía con alcohol, y los chicos en general whisky,
¿Cuál era la idea?
Que durante esta noche, se escucharan temas de los 60 y 70, claro que hoy ya no se respeta esto que fue el inicio, ya hoy la música de los 90 es vieja. Por otro lado, uno lleva en el recuerdo aquellas músicas lentas que propiciaban el acercamiento de los jóvenes que se gustaban, hoy esto, se perdió.
Muchos dirán, ahora es más franco y directo, sin inhibiciones, y si, estamos de acuerdo, pero en el camino se perdieron esto de conquistar de a poco, de jugar con los tiempos, de abrazarse disimuladamente bailando un lento.
No digo que toda época pasada fue mejor, quizás no, quizás nos juzguen los jóvenes de hoy como viejos inhibidos y pacatos, pero yo creo que entre aquella conquista paulatina, que hacía mover la adrenalina cuando el chico se acercaba a invitar a bailar a una jóven y lo de hoy, que una mirada basta para ir bastante más lejos, se perdió el romanticismo, el esfuerzo por la conquista, un poco, el juego del cazador y no tanto de la presa ya que ellas también interactuaban en ese juego de seducción, o sea que tanto valía para ellos como para ellas. Tuve la suerte de haber ido a bailar a muchas Fiestas de la Nostalgia y lo que se vivía y como se vivía era muy intenso.
SantiagoMoritati