La causa por el crimen de los rugbiers se convierte en un rompecabezas en el que ya están las piezas principales. De a poco, los investigadores agregan las más pequeñas para tener la imagen completa sobre lo que pasó la madrugada del sábado pasado cuando Fernando Báez Sosa, un joven de 18 años que estaba de vacaciones en Villa Gesell, fue asesinado a patadas por un grupo de rugbiers de la localidad de Zárate a la salida del boliche Le Brique.
Entre las piezas esenciales para el expediente están las declaraciones de los amigos de Fernando. Infobae accedió a los testimonios más importante para recrear cómo se inició la discusión en el boliche que llevó al homicidio del joven y qué pasó luego en la calle.
La reconstrucción a través de estos relatos genera un cuadro completo: cada testigo aportó lo que vio y supo desde donde estaba por la propia dinámica que tiene una salida de amigos a un boliche. El grupo se dispersa, algunos bailan, otros están en el barra, en otros sectores del lugar, sumado a la oscuridad, la música a alto volumen y la rapidez con la que algunos hechos se suceden.
Lo que a una semana del crimen está claro, por la declaración de los amigos de Fernando, es que el conflicto con los rugbiers se da durante el recital que a las 3:30 de la mañana comenzó a dar el cantante de trap Neo Pistea.
“Con Fernando conseguimos algunos pases al VIP. El boliche estaba lleno, era difícil moverse, con el correr de la noche se hizo peor. Yo soy re fan de Neo Pistea y bajé para estar cerca. Estábamos con T. y Fernando y en una de las últimas canciones hay que hacer pogo, empezamos a hacerlo. Por accidente, Fernando golpea a un muchacho levemente”, declaró F., uno de los amigos con los que Báez Sosa fue a bailar el sábado pasado y que declaró en la causa.
El testigo describió a esa persona como “de aproximadamente 1,85, delgado, de cabello castaño liso, rapado, medianamente largo”. Y relató cómo siguieron los hechos: “Se quedó parado como incitando a pelear a Fernando. Pero Fernando le levantó el dedo como que no había pasado nada. Este chico seguía parado ahí y ahí intervino otro amigo nuestro para parar la situación. Mientras se retira, el pibe lo seguía mirado feo a Fernando. Salí solo (el testigo no aclaró a donde, pero las fuentes consultadas entienden que al patio del boliche), Fernando y nuestro amigo se quedaron en el boliche”.
En su declaración, ese otro amigo, T., hizo referencia a esa discusión. “Veo a dos chicos alterados que nos incitaban a la pelea. Intento calmar y recibo golpes de puño y piñas. Les digo ‘che, no nos sirve pelear, nos van a echar a todos’. Uno me dice ‘el problema no es con vos, es con tu amigo, me voy a quedar esperando´. La verdad no se por quién fue, puede ser J. o Fernando”, relató. J. es otro amigo que T. ubicó en esa escena.
J. también habló en la causa y describió a otro de los rugbiers cuando se alejaban del foco del conflicto. “T. iba adelante mío, frena, había mucha gente, veo que vuelan manos, no sabía qué pasaba. Uno era rubio, pelo corto, bajo, robusto, con camisa clara de manga corta, de no más de 20 años. Los separé y seguimos yendo a la salida cuando siento piñas en la espalda. Me doy vuelta y me dijo que yo lo había empujado cuando traté de separar a T.. Vi que había otro chico alto de pelo corto negro, delgado. Ahí me separo de T. y de los chicos que querían pelear”, contó.
De los testimonios no queda claro con quién se quisieron pelear los rugbiers pero sí que el incidente que luego iba a derivar en el crimen de Fernando comenzó allí. ¿Qué empezó todo? ¿Un empujón sin intención, una pisada como señaló un testigo o una bebida que se le cayó a un rugbier? De la secuencia de los relatos, por lo pronto, no queda claro.
Luego cada uno de los testigos contó que fue a distintos lugares del boliche hasta que se enteraron que la seguridad del local había echado a Fernando. Hasta hoy, los investigadores todavía no saben el motivo por el cuál Fernando fue retirado. Pero uno de ellos especuló con una posibilidad: “Los barman suele usar un puntero laser para marcar a los de seguridad quiénes se están peleando. Tal vez uno de los barman quiso señalar a otro chico”, sostuvo.
Los rugbiers también fueron echados del boliche, lo que quedó registrado en una de las cámaras de seguridad de Le Brique.
El relato de los testigos sigue. Fernando y sus amigos tenían un grupo de WhatsApp para comunicarse. Y en los testimonios los mensajes en vivo aparecen por primera vez:
“Vuelvo para el VIP, nos quedamos ahí con algunas chicas, con la novia de Fernando y ahí pregunto por el grupo de WhatsApp donde estaban los demás. A las 4:45 recibo un mensaje de J., otro amigo, que dice ‘salimos, lo sacaron a Fernando»”, relató F., quien a las 4:53 recibe un mensaje de audio que no lo pudo escuchar por el ruido. En un último contacto, le cuentan que Fernando estaba inconsciente en la calle y los que estaban en el VIP deciden salir.
“Cuando salgo veo a los chicos afuera del boliche, llorando, una médica haciendo RCP a Fernando, dos médicas más y una ambulancia que llegó a los minutos. Estaba T., nuestro amigo, con sangre en la boca, el pómulo inflado y todos me dice que habían recibido golpes, les pregunte qué había pasado y nadie me decía nada. Estaban shockeados y lloraban”, relató.
J. fue uno de los amigos de Fernando que salió a la calle antes de la agresión. Contó que Fernando estaba con el torso desnudo, con la camisa colgada del cuello, rota: “Alguien me pega una piña en la oreja y el pómulo derecho, quedé aturdido, caminé por la avenida 3 y 102, sentí que me estaban persiguiendo y cuando iba corriendo saqué el celular y les avisé a los chicos por WhatsApp: ‘che, nos están pegando’”. Cuando volvió a la zona del boliche a Fernando ya se lo habían llevado al hospital y T. tenía la boca ensangrentada».
Ya afuera del boliche quien aportó más detalles de lo que ocurrió fue T., el chico golpeado que entró a defender a Fernando, a quien una fuente judicial calificó como “un testigo clave”. Relató que en la calle vio a Fernando con la camisa rota y a otros dos amigos y le preguntó que había pasado. “Empiezan a hablar sobre una pelea con este grupo de chicos. Y él dice ‘no sé por qué fue la pelea, aparentemente fueron empujones porque el boliche estaba lleno’. Estábamos hablando cuando aparecen por detrás un grupo de sujetos, le pegaron golpes de puño a Fernando, lo empujaron y lo tiraron al piso, yo traté de defenderlo, me empujaron al piso, me caigo, me pegan patadas por todo el cuerpo, principalmente en la cabeza, creo que al menos eran tres personas los que me pegaron a mí. Cuando logro levantarme veo a algunos amigos golpeados, a Fernando ensangrentado, con la cara golpeada e inconsciente. Uno de los flacos dice ‘A ver si volvés a pegar, negro de mierda’, supongo que se refería a Fernando”, contó la escena final.
“Podríamos haber tenido otro muerto”, dice una fuente.
T. sufrió variós golpes en la cara, fue al funeral de Fernando en el cementerio de Chacarita con un ojo morado. Fue uno de los tres testigos que participaron en la rueda de reconocimiento de este viernes.
T. luego sostuvo que la ambulancia se llevó a Fernando, fueron al hostel donde estaban alojados para cambiarse y ahí recibieron la noticia. Fernando estaba muerto.
En la misma línea de T., otro amigo contó el ataque de la patota en la calle: “Estaban hablando lo más bien y al toque de atrás vino todo una banda dándole piñas a casi todos, fueron directamente a pegarnos. Me crucé para Le Brique, no pude ver quien le pegó a Fernando. Pero le pegaron a dos más y a Fernando en el piso y no vi más a los agresores. Escuché cuando le decían ‘pégame ahora, estos son los que pegan por atrás en el boliche’”.
¿De quiénes son las descripciones que los amigos de Fernando dan los rugbiers con los que discutieron en el boliche?, preguntó Infobae. “Es algo a determinar pero podrían ser Máximo Thomsen o Ciro Pertossi», fue la respuesta. La fiscal Verónica Zamboni les imputa haber sido los autores de los golpes a Fernando en el piso. Los otros ocho están acusados de haber actuado como partícipes necesarios por agredir a los amigos de la víctima y así impedirles que lo ayuden. El delito es por el están detenidos es el homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas y tiene una única pena, la prisión perpetua
Con las declaraciones de los amigos -quienes el jueves iniciaron la ronda de reconocimiento con los acusados que se extenderán hasta el martes- podría surgir que quiénes golpearon a Fernando fueron más rugbiers y no solo dos. “Eso sigue siendo materia de investigación”, explicó una fuente del caso.
Lo que las fuentes también extraen como conclusión de las declaraciones es que ni Fernando ni sus amigos tuvieron una actitud de enfrentamiento ni de querer pelearse con los rugbiers. Inclusive, otros testigos dieron un dato que lo refuerza: cuando a Fernando lo echaron del boliche se fue a comprar un helado.
Actualización:
La investigación por el asesinato de Fernando Báez Sosa sumó un nuevo testigo que podría ser clave para determinar las responsabilidades de los 10 acusados. Se trata de un turista que se presentó de forma espontánea y dio detalles precisos de cómo se produjo el hecho y quiénes participaron.
Burlando no fue hoy al lugar donde desde la 7:30 se realiza una nueva rueda de reconocimiento a los 10 imputados, sino que se presentó directamente en la fiscalía N° 6 a tomar la nueva testimonial al testigo mencionado, que se incorporó a la causa en las últimas horas.
“Queda prueba pendiente y mucha gente que seguro vio este episodio y aún no se animó (a declarar). Los estamos esperando para abrazarlos, contenerlos y decirles que si vienen o aportan algo, le están haciendo un gran bien a la sociedad toda”, invitó el representante legal de la familia de Fernando Báez Sosa.
A la par, mientras Burlando tomaba la testimonial, llegó al lugar el abogado Jorge Santoro con los dos Ventura (padre e hijo) a averiguar dónde estaba el juzgado de garantías, para presentar el pedido de sobreseimiento del joven remero, que había sido detenido y luego fue liberado tras comprobarse que no había participado de la golpiza ni estaba en Villa Gesell.
Bajo un estricto operativo policial, los diez detenidos fueron trasladados a primera hora desde la comisaría Primera de Pinamar, donde pasaron la noche, hacia la sede municipal para realizar una nueva rueda de reconocimiento.
Hasta el momento, los rugbiers reconocidos de manera categórica por dos testigos fueron Máximo Thomsen y Enzo Comelli, mientras que a Ciro Pertossi, otro de los acusados, uno de estos testigos lo ubicó en el lugar del hecho pero no lo vieron aplicar golpes a Fernando.
El crimen fue cometido la madrugada del sábado pasado a la salida del boliche “Le Brique”, en pleno centro de Villa Gesell, el cual fue clausurado ayer por irregularidades en el expendio de bebidas alcohólicas.