Pedido de informes reveló que costos en comunicación se triplicaron en ese centro de salud a través de un contrato directo e irregular.
El 20 de noviembre de 2014, el entonces director del Hospital Pasteur, Ricardo Ayestarán, dispuso la contratación de Cladevina, una empresa especializada en consultorías de comunicación, con el objetivo de recibir asesoramiento para dar visibilidad de ese centro de salud y promover acciones institucionales que fortalecieran el relacionamento con los pacientes.
Por ese vínculo, vigente hasta julio de 2015, se pagaron $ 28 mil más IVA por mes.
En agosto de ese año la nueva directora del hospital, Loreley Martínez, contrató para ese mismo fin a nueva empresa, Lhermitte Bermúdez Marcel.
Pese a tratarse del mismo servicio, el costo se disparó ya que, con apenas treinta días de diferencia, pasó a suponer un monto tres veces superior.
A Lhermitte, cuyo contrato estuvo vigente hasta el 31 de junio de 2016, se le pagaron $ 90 mil mensuales más impuestos por su trabajo.
Eso supone que, en los once meses que duró su vínculo, embolsó $ 1.317.600.
Así quedó establecido en la respuesta que la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) elevó ante un pedido de informes del diputado nacionalista Martín Lema (Todos).
El contato de Lhermitte con el Hospital Pasteur está incluido entre los temas de análisis de la Comisión Investigadora que indaga el cúmulo de denuncias sobre irregularidades en diversos hospitales públicos.
Más allá del incremento de los honorarios de asesoría en comunicación, el problema radica en que, según Lema, se pudo comprobar que se trató de una contratación directa e irregular.
Es que, cuando comenzó a prestar funciones en el Pasteur, Lhermitte se presentaba públicamente como asesor en comunicación del Movimiento de Participación Popular, el mismo sector al que pertenecía Martínez, la directora del hospital.
Ante la comisión, la jerarca justificó la contratación ante «fallas que impactaban directamente en la comunicación interna hacia los usuarios».
Lo cierto es que el proceso fue observado por el Tribunal Cuentas. Entre otros aspectos porque no fue publicado en el Registro de Contrataciones Estatales, a causa de una «discontinuidad» que en ese momento se produjo en la dirección administrativa del hospital.
También porque Lhermitte ni siquiera estaba inscrito en el Registro Único de Proveedores del Estado (RUPE), situación que ASSE admitió se advirtió después de su contratación. Los pagos le fueron retenidos hasta que su situación se regularizó.
Cuando finalizó su contrató, Lhermitte se presentó a la licitación abierta por el Pasteur para la provisión de servicios de comunicación. Entre las cuatro empresas que compitieron, finalizó último en todos los ítems.
Entre ellos, el cumplimiento de las exigencias del llamado, la valoración de su currículum y del proyecto presentado.
Lema habló al respecto de «amiguismo» y de la existencia de un «sentimiento de impunidad», y se preguntó qué harán al respecto las autoridades actuales de ASSE, encabezadas por Marcos Carámbula.