
El documento lo tramitó en Rocha, lo apresaron en Maldonado y fue derivado a Montevideo, donde estaba requerido por un homicidio de 2012.
El hombre se acercó al local de la Dirección Nacional de Identificación Civil (DNIC) del Chuy, ciudad rochense fronteriza con Brasil. Pidió renovar su cédula de identidad, la que denunció extraviada. Dio su nombre y sus manos, para revisar las huellas dactilares. Y se fue.
No solo resultó que no era quien decía ser, lo que ya significaba usurpación de identidad.
Quien realmente sí era, estaba requerido por homicidio desde hacía seis años. Y el hombre cuya identidad portaba había fallecido hacía dos años.
Esto motivó su detención en Maldonado y su traslado a Montevideo, según informó este lunes la Unidad de Comunicación del Ministerio del Interior (Unicom).
Según el organismo, cuando se confrontaron las huellas dactilares, se constató que no era quien decía ser. Quien sí era, tenía varios antecedentes penales sobre los hombros. Y tenía una requisitoria por un homicidio de 2012, cometido en Montevideo.
El dueño de la identidad que usufructuaba había muerto en Rocha en 2016.
Unicom indicó que la Policía descubrió que el hombre concurría con frecuencia al Refugio Municipal ubicado en el barrio Maldonado Nuevo. Ahí fue detenido y trasladado a Montevideo.