Una mujer que ofrecía el servicio de catering para casamiento resultó denunciada por estafa. No cumplió con lo que ofrecía a través de un aviso en Facebook y le hizo pasar un mal momento a la pareja que se casaba. La historia del casamiento de Sebastián y Sandra es increíble.
Además, la misma mujer que los estafó a ellos, hizo lo mismo con el carnicero.
La oferta en Facebook era tentadora y la tensión del casamiento tan fuerte, que al ver que alguien te soluciona todos los problemas, no da para pensarlo dos veces. En momentos así, uno está con las defensas más bajas de lo habitual y sensible a que lo engañen.
Por ochenta y ocho mil pesos, le ofrecían “una promo Única” para ciento veinte invitados, con servicio completo, torta principal, servicio de catering, discoteca, decoración, animador profesional, servicio de seguridad y guarda 222 habilitado, bandas en vivo, cotillón, centros de mesa, souvenir, mozos, encargados de cocina y de personal” además aclara que tiene todas las habilitaciones en regla.
Dicen que trabajan en todo el país y en el exterior y ofrece Experiencia, Referencias Calidad y Responsabilidad.
Todo una chantada. Hoy la mujer tiene al menos tres denuncias policiales y va a tener que responder ante la justicia.
Así que Sebastián García y su entonces futura esposa, Sandra Michelena, no lo pensaron mucho: la contactaron, la vinieron a ver a Carmelo y arreglaron todo tal cual la oferta. Luego le girarán más dinero por la mesa de fiambres y otro giro por la bebida.
El primer contacto fue en el mes de mayo del año pasado en CArmelo, el pago total en diciembre para el casamiento que fue el pasado 6 de abril “fuimos a verla a CArmelo, después se mudó a Fray Bentos y hoy creo que vive en Salto” contó.
Resultó todo trucho: como fotógrafa no llegó al casamiento por Civil, sacó unas treinta fotos para el álbum en Mercedes pero solo aparecen 3 en el video. No hubo noche soñada: no hubo decorado del salón, no hubo bebidas ni torta ni postre.
Una colecta de familiares y amigos salvó la noche con la bebida y el postre que compraron en una panadería cercana para sacar las fotos.
El cuento, contado por el protagonista a EL ECO mientras disfruta de su merecida luna de miel, no tiene desperdicio.
Dice que si él no hubiera sido un hombre tranquilo seguro pasaba un drama esa noche en el club Praga de Mercedes “mis familiares y los amigos la querían linchar” cuenta García a EL ECO y nos cuenta cómo fue la historia, tras contratar un servicio de catering para el casamiento, promoción que encontró en Facebook “la mantelería estaba toda vieja, manchada, agujereada, la comida trajo poco y nada porque según ella se rompió la combi e hicieron dos viajes en camioneta abierta, dos viajes de Soriano a Salto” cuenta “en el segundo viaje llegó la discoteca pero nunca trajo las telas para la decoración ni para el techo ni para las sillas, ni las bebidas, tuvimos que hacer una colecta entre familiares y amigos para comprar la bebida, y no tuve torta, compre postres por ahí para sacar las fotos” contó.
El casamiento fue el viernes 6 de abril por civil en Mercedes “el servicio dice filmacion y fotografia, ella no llegó a tiempo, llegó dos horas después que nos habíamos casado. Mete la mano en la cartera y saca la camara, era una cámara de bolsillo” contó y le preguntó “con esa camara me vas a hacer fotografía y video para mi casamiento. no seas mala” le dije cuenta Sebastián “esperaba una nikon por lo menos para la fotos y una para filmar y una para fotos, la que tengo en casa es más grande que esa” le dije “la tarjeteria era la que elegimos pero no en sobre blanco, estaban completados con lapicera azul, y un cartoncito blanco mal recortado que en lapicera azul decía cuenta abitab tanto” contó “esperaba un marcador dorado y letra linda y no con lapicera azul y a las apuradas como se notaba escrito, incluso a algunos invitados le habían tachonado alguna letra mal escrita” contó.
Sobre los detalles que cuenta, uno no sabe si reír o llorar “la mantelería era lamentable, cuando vino, los vasos eran de diferente tamaño, muchos eran de requesón” cuenta “pedimos vajilla prestada en el club Praga donde era la fiesta en Mercedes” cuenta “por lo menos todos los invitados tenían un plato, cubiertos y un vaso” señala.
Otro drama fue la bebida, que nunca llegó, si bien la mujer prometía cotillón bebida y postres sobre las ocho de la noche del día de la fiesta, cuando Sebastián y …. se estaban casando “cuando le pregunto por la bebida llegaba a las 20 horas a la hora del casamiento todo así como los cubresillas” “te pague en diciembre” le dijo “y fui hasta la agencia y por lo menos el cotillón estaba despachado de Salto”. La bebida incluía un daikiri, gaseosa Nix, cerveza Brahma “me dijo que la traía más barata de Salto” whisky y vermouth “nunca apareció nada de eso”
Y la historia sigue “salimos a hacer exteriores, cuando llegamos al salón, el decorado era una escalera con velas, no había velas, el techo pelado, sillas todo pelado, la mesa de postres no había tortas y postres, nos dijo que se derritió el merengue. Nunca vimos la torta aunque sea sin merengue” dice con ironía.
El pasado lunes la mujer tuvo que ir a declarar a fiscalía, “a mi me iba a hacer lo mismo que le hizo a la de 15 en Dolores, se presentó porque ya estaba denunciada pero me iba a hacer lo mismo” dice, es decir, cobrar el dinero y desaparecer “se gasto 112 mil pesos, la promoción era 98 mil sin bebidas y le dimos más para bebidas y tabla de fiambres que nunca llegaron” dice “de nuestra parte hicimos la denuncia en fiscalía de mercedes por estafa” contó “no cumplió para nada. Cuando terminó la fiesta le dije que le pedí por favor que no le hiciera a otro esto que nos hizo a nosotros porque es terrible. Y me decía que no era culpa de ella”.
Rubén tiene la carnicería frente al hospital de Mercedes. Ese sábado ya estaba terminando la larga jornada de trabajo cuando apareció una mujer en su carnicería “la mujer lloraba, me contó que la habían estafado con un catering de una fiesta y que tenía que reponer la carne. Me pidió una cantidad de kilos de pollo que yo no tenía” contó “como soy medio sensible y la mujer lloraba, entré y le creí. Le ofrecí vacío y chorizos que era lo que tenía. Y se lo llevó con la promesa de venir al otro día a las 7 de la mañana a pagarme. Me dejó su documento de identidad” como no le voy a creer dice el carnicero “pero me estafó, nunca más vino así que hice la denuncia policial” señaló.