Jerarca de ASSE se contrataba a sí misma

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El relato de una vieja ambulancia recuperarada para ahorrar costos, desmantelada luego para contratar a la empresa de una jerarca.
«Nuestra obligación no es dilapidar dinero, sino tratar de ahorrarlo». Eso lo afirmó Aníbal Capano, un médico que, en 2010, fue designado como director del Hospital de Dolores. Un centro que, como tantos otros del país, está envuelto en numerosas denuncias sobre irregularidades en la Administración de los Servicios de Salud del Estado.

«Habíamos disminuido los gastos de agua ya que hicimos un pozo semisurgente para cubrir parte del agua», contó este lunes ante los legisladores que integran la Comisión Investigadora que, en Diputados, analiza la situación en ese organismo. La luz se pagaba desde Mercedes. Optó también por disminuir los gastos de oxígeno.

Con el fin de disminuir más las erogaciones, apuntó a uno de los costos mayores que tienen ese tipo de unidades ejecutoras: la compra de CTI y de traslados especializados privados.

Hasta el momento, el servicio de ambulancias lo prestaba la empresa EMS. Una de sus dueñas era Ana Falótico, que en ese momento se desempeñaba como neumólogola en el mismo hospital. La firma tenía un contrato firmado, con un período determinado de caducidad.

Según relató, decidió cumplirlo y empezar a estudiar posibilidades para eludir ese gasto en el futuro. Se calculó lo que venía costando el servicio, y se lo comparó con lo que insumiría tener un móvil propio.

Capano afirmó que se llegó a la conclusión que la cifra que venía cobrando ENS era «demasiado excesiva» frente lo que significa el gasto de ambulancia.

Le pidieron ayuda al taller de la Administración de los Servicios del Estado (ASSE) que logró rescatar un ambulancia, abandonada en la ciudad de Salto. A Capano le pareció excelente. Era una Ford holandesa, alta y con un muy buena capacidad.

La ambulancia se consiguió gratis, porque el taller no cobró por su trabajo. Poco después lograron equiparla, con menos dinero de lo que se suponía.

Luego de concluir el contrato con EMS, se decidió llamar a una licitación para contratar, de forma privada, chofer, médico y enfermero para realizar los traslados en el móvil recientemente adquirido.

Una decisión que, según contó, «no le gustó nada ni a EMS ni a la Cámara de Emergencias Móviles. Según dijo, la empresa habló con el subdirector del hospital y, «en términos no muy agradables, prometió hacer denuncias de todo tipo».

También llamó el vicepresidente de la gremial, para afirmar que la incorporación de la ambulancia «les modificaba el esquema». Es que, por indicaciones de ASSE, el vehículo fue ofrecido a otros centros públicos de la región, con lo que terminaría afectando a otras empresas privadas.

La firma ganadora para proveer recursos humanos para los traslados resultó ser Charlo que, por un traslado a Montevideo, a una distancia de 280 kilómetros, cobrabra $ 16 mil.

Capano citó las cifras para resaltar el ahorro que significó tener un móvil propio. Es que EMS, cuando comenzó a prestar el servicio, cobraba $ 42 mil por el mismo traslado. Cuando finalizó su contrato, percibía $ 60 mil.

EMS no se presentó al nuevo llamado para la contratación de recursos humanos.

En 2014 Capano se retiró del hospital y estuvo seis meses de licencia. En su lugar asumió Falótico, la neumólogo que era una de las propietarias de EMS y que, una de sus primeras medidas, suspendió el servicio que prestaba Charlo.

«Me dolió un poco porque había sido el esfuerzo de mucha gente. Era algo que la gente del hospital y del pueblo había querido muchísimo», lamentó.

El ex jerarca sostuvo que había advertido del nombramiento de Falótico como su sucesora. Según relató a los legisladores, el aviso fue dirigido a la gerenta regional de ASSE, Graciela García.

«Hagan lo que quieran, pero la doctora Falótico es integrante de una emergencia móvil que contrataba con el hospital. Se van a meter en serios problemas», fue su advertencia. En ese momento, EMS también prestaba servicios en Mercedes. La respuesta de García fue simple. «Eso no es problema. Eso se arregla».

A los pocos días, Falótico ordenó «desmantelar» la ambulancia que había armado Capano y volvió a tercerizar el servicio, nuevamente a favor de su propia empresa. Así lo afirmaron varios testigos ante la Comisión Investigadora.

La jerarca terminaría sumariada y destituida en 2015, luego que una auditoría realizada a partir de varias denuncias sobre la situación comprobara que se había «contratado a sí misma. La ex directora está siendo indagada por el tema a nivel judicial.

De todas formas, EMS siguió prestando servicio hasta 2016, un año en que llegó a percibir de ASSE unos $ 7 millones.