Viajar en ómnibus entre Florida y Montevideo puede convertirse en un fenomenal traslado de ganado, y lo peor es que nadie hace ni dice nada.
El Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP), que es el que concede la explotación comercial de las líneas de buses, nada hace y nada dice.
Años a la ciudad de Florida tenía dos líneas de buses que la comunicaban con la capital del país, en dura competencia por la calidad de los servicios ofrecidos al usuario.
Eran los desaparecidos tiempos de la hegemonía de la ONDA, cuando salió a competirle una empresa formada por capitales de Florida que fue bautizada como CITA.
Esta compañía era muy peculiar, porque para competir contra el gigante que era la ONDA, tenía unos buses General Motors que parecían balas de seis metros, con una escalera por detrás para subir las valijas que viajaban en el techo.
Una verdaderas latas de sardina, para los que viajaban, pero no mucho mejores que las latas de sardina de la ONDA.
Y por si fuera poco, la CITA tenía por costumbre en la ciudad de Florida, pasar a buscar a su pasaje por las casas de cada uno, donde les tocaban bocina a cada pasajero que hubiese comprado boleto y esperaba hasta que el usuario saliera de la casa y subiese a bus, luego de que sus valijas -en caso de tenerlas- fueran colocadas en una especie de gran vaca dispuesta a lo largo del techo del transporte colectivo, y tapadas con una lona en el caso de que amenazara lluvia.
El punto es que esa empresa luego quebró, y fue debido a que su principal capital eran las concesiones de líneas otorgadas por el MTOP (que en esa época se llamaba de otro modo), y adquirida por un consorcio de accionistas de capitales de otros lugares, conservó el nombre y las líneas asignadas entre Florida, Canelones y Montevideo, todo por la vieja ruta 5.
La empresa también controló líneas entre Montevideo y San José, lo que permitía a los usuarios de Florida, bajar en un punto de la ruta donde había un empalme de rutas hacia San José de Mayo, y allí trasbordar hacia la capital maragata.
Cuando desapareció la ONDA, una empresa llamada BRUNO debido a que los propietarios eran dos hermanos floridenses con ese apellido, extendieran sus viajes entre la ciudad de Florida y Sarandí Grande, hasta Durazno primero, y hasta Montevideo después.
Luego otras empresas de Durazno que corrían por la ruta 5 hacia Montevideo, comenzaron a pasar por la ciudad de Florida y a cargar pasaje y encomiendas, generando una interesante competencia entre empresas, a favor del usuario.
Y así ocurrió hasta hace no mucho tiempo, que empresas como Turismar -que es de Durazno- entraban a la ciudad de Florida y cumplían servicios, particularmente en horarios de la noche, en plena madrugada, cuando no había otra que lo hiciera.
Por algún motivo que no se explica por otra razón que un absurdo monopolio otorgado a la CITA, cuando un buses de Turismar pasaban por Florida luego de las 12 de la noche, y cuando no había otra empresa en funciones, el precio del boleto que se cobraban allí era el costo de la carrera completa entre Durazno-Montevideo, generando un desproporcionado sobrecosto para el usuario.
Pero un buen día, además de ese abuso para el viajero, la empresa Turismar dejó de entrar en la ciudad de Florida, y si se dio el caso de parar en la ruta a la altura del kilómetro 98, o sean, bien frente a la capital departamental, y los buses de las líneas de Durazno no sólo optaban por cobrar en Florida la tarifa de un viaje entre Durazno y Montevideo, sino que además …..comenzaron a mostrarse inhibidas de subir pasaje en este punto de la geografía nacional.
Si ….como se lee: los buses de Durazno dejaron de pasar por la terminal de la ciudad Florida gracias a ese extraño poder que ampara a la CITA, que les impidió el ingreso al lugar, pero además se les prohibió levantar pasajeros …en la ruta 5, si éstos estaban en alguna de las dos paradas ruteras que tiene la ciudad.
Y en eso, no hay discusión.
De modo que el que no tiene auto y depende del bus para trasladarse, entre 22,30 horas y 5 de la mañana, se queda sin ninguna alternativa para viajar a Montevideo.
Y claro, que si por casualidad la opción era remontar a la capital a las 5 de la mañana, los pasajes con asiento ….estaban todos vendidos.
En un país cuyo actual gobierno hizo aprobar una ley antimonopolio, la ley del Frente Amplio para evitar los monopolios se convirtió en una burla al usuario, porque la realidad indica que existe una voluntad asumida de que existan empresas oligopólicas que se dan el lujo de imponer su ley a cualquier precio.
Se podrá decir que la empresa BRUNO también va a Montevideo, y que eso evita el monopolio, pero es necesario decir que para esa firma CITA ha presionado para que se les permitiera andar rueda a unos horarios parecidos a los que existían en la época de la ONDA, es decir, con dos servicios diarios y a horarios que sólo sirven para ir a pasear y no a trabajar.
Para BRUNO no hay ningún horario habilitado en horarios potables.
A esto hay que agregarle que BRUNO y Turismar operan en las mismas oficinas, porque los últimos años la firma duraznense compró a la empresa floridense y hoy ambas forman parte del mismo conglomerado de transporte, que para el caso de la ciudad de Florida tiene la indicación de prohibírsele el ingreso a la Terminal de Florida..
Entonces, la CITA ha logrado instalar un monopolio de hecho, cuando existe una legislación que lo prohíbe en forma expresa
Pero todo eso se mitigaría en relación a los problemas que genera al usuario, si el servicios que brindara al viajero estuvieran orientado a favorecerlos.
Pero nada más dispar con lo que sucede en la realidad.
Los servicios que CITA brinda a la gente, son un verdadero desastre.
En muchos de los horarios, cargan más pasaje del que marca la ley y la gente viaja parada y apretujada como ganado en toda la carrera entre dos ciudades, en vez de colocar dos buses para cumplir el servicio.
Sobrevenden los viajes y ninguna autoridad del Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP) dice nada de nada.
Protegen el monopolio de hecho, de que goza la empresa, y ninguna autoridad del Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP) hace nada.
Hacen acuerdos entre privados que perjudican a los usuarios, cuando las empresas tienen el uso en exclusividad de esas rutas, impidiendo que ciertos servicios levanten pasaje en la ciudad de Florida, y ninguna autoridad del Ministerio de Transporte y Obras Públicas hace nada.
Cuando se le pide a la CITA una boleta con IVA para que el usuario lo pueda descontar para sus impuestos, la empresa de transporte de modo muy descarado y audaz le dice al usuario que el recibo tiene que ir a no sé que que oficina de la empresa, cuyo responsable nunca aparece, y si entregan la boleta con el impuesto especificado, eso ocurre recién a los tres meses, cuando se dificulta descontar en la liquidación de impuestos bimensual, y ninguna autoridad del Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP) lo permite con el más absoluto descaro por parte de la empresa y siempre perjudicando al usuario.
Sobre este último punto, es tan grosero el tema, que todo indica que la empresa CITA tiene todo para sub declarar el IVA que cobra y embolsarlo para su billetera, sin las formas clásicas de control que si valen para cualquier otra empresa.
¿Acaso hay un arreglo especial que protege a la CITA, y le permite hacer lo que quiera?
¿Acaso hay un arreglo especial que protege a la CITA y se le permite sobrevender los viajes y no utilizar nuevos buses para atender los servicios que tiene en exclusividad?
¿Acaso hay algún arreglo especial que protege a la CITA y se le permite cobrar el IVA a los usuarios y quedarse con parte del impuesto, al negarse a extender recibos de modo expedito?
¿Qué misterioso manto protege a la CITA para hacer lo que quiera, nunca ser inspeccionado por el MTOP, y nunca recibir el MTOP quejas de las violaciones que CITA comete todas las semanas?
Como decía Eduardo D Angelo, en aquel célebre personaje: “¿usted no desconfiaría?”