Equipos de rescate que buscan al sumergible desaparecido con cinco personas a bordo cerca de los restos del Titanic detectaron «ruidos bajo el agua» en el área de la desaparición, informó el miércoles la guardia costera estadounidense, en medio del temor de que queden menos de 24 horas de oxígeno para las cinco personas a bordo.
La comunicación con el sumergible Titán, de 6,5 metros de eslora, se perdió el domingo, casi dos horas después de que emprendiera el descenso hacia los vestigios del mítico transatlántico, que se encuentran a casi 4.000 metros de profundidad a unos 600 kms de Terranova, en el Atlántico Nort
«Aviones canadienses P-3 detectaron ruidos bajo el agua en el área de búsqueda. Como resultado, se reubicaron las operaciones de un ROV (vehículo operado en remoto, siglas en inglés) en un intento por explorar el origen de los ruidos», dijo en Twitter el primero distrito de la Guardia Costera de Estados Unidos.
Las búsquedas del ROV «han arrojado resultados negativos pero continúan», añadió la división marítima militar.
Según la revista Rolling Stone, un avión canadiense P-8 que participaba en la búsqueda escuchó «golpes en la zona cada 30 minutos. Cuatro horas después, se desplegó un sonar adicional y aún se oían los golpes».
Además de esos golpes, «se han escuchado señales acústicas adicionales que ayudarán a dirigir los recursos de superficie mientras se mantiene la esperanza de encontrar sobrevivientes», informó CNN citando un documento interno del gobierno estadounidense.
El anuncio de que se detectaron ruidos fue la señal más alentadora de que se podrían rescatar a los cinco ocupantes del sumergible Titán de la empresa estadounidense OceanGate.
En el Titán viajaban el millonario británico Hamish Harding, presidente de la compañía Action Aviation, el pakistaní Shahzada Dawood, vicepresidente de Engro, y su hijo Suleman, el buceador francés Paul-Henri Nargeolet y Stockton Rush, director general de OceanGate Expeditions. El costo de la excursión es de 250.000 dólares por pasajero.
Barcos y aviones se dirigen al lugar para reforzar el vasto operativo de búsqueda que desplegaron los guardacostas estadounidenses y canadienses en la zona.
El Pentágono anunció el envío de un tercer avión C130 y tres C-17, mientras que un robot submarino enviado por el Instituto Oceanográfico francés se incorporará a la búsqueda el miércoles.
«Se trata de una búsqueda muy compleja y el equipo unificado está trabajando sin descanso para poner en marcha lo antes posible todos los recursos y conocimientos disponibles», declaró a la prensa el capitán de los guardacostas estadounidenses Jamie Frederick.
Los rescatistas estiman ahora que a los pasajeros ahora les queda menos de un día de oxígeno, según la capacidad del submarino para contener hasta 96 horas de aire de emergencia.
El exdirector de operaciones marinas de OceanGate Expeditions, David Lochridge, despedido por haber cuestionado la seguridad Titán, mencionó en una demanda judicial «diseño experimental y no probado» del sumergible.
En un mensaje publicado en su cuenta de Instagram antes de emprender el viaje, Hamish Harding, de 58 años, dijo que estaba orgulloso de participar en esta misión.
«Debido al peor invierno en Terranova en 40 años, es probable que esta misión sea la primera y única tripulada al Titanic en 2023», escribió.
Mike Reiss, guionista de televisión estadounidense que visitó los vestigios del «Titanic» en 2022, declaró a la BBC que la experiencia fue desorientadora. «La brújula dejó de funcionar inmediatamente y empezó a dar vueltas, así que tuvimos que dar vueltas a ciegas en el fondo del océano», explicó.
Todo el mundo conoce el peligro de la expedición, dijo Reiss a la BBC. «Firmas un documento antes de subir y en la primera página se menciona la muerte tres veces», agregó.
El «Titanic» se hundió en su viaje inaugural entre la ciudad inglesa de Southampton y Nueva York en 1912 tras chocar con un iceberg. Mil quinientas personas de las 2.224 que emprendieron el viaje murieron en el naufragio
Los restos del transatlántico, partido en dos, fueron descubiertos en 1985. Desde entonces, visitan el área buscadores de tesoros y turistas. Alistair Greig, profesor de ingeniería marina en el University College London, baraja dos hipótesis sobre el accidente.
Una alude a un problema eléctrico o de comunicaciones, pero en ese caso el sumergible podría haber salido a la superficie y flotar hasta «ser encontrado». El sumergible solo puede abrirse desde el exterior. La otra «es que el casco de presión estuviera dañado», señaló Greig en un comunicado.
Telenoche