Realizado con éxito el primer trasplante pulmonar sin abrir el tórax

“Es un éxito histórico y comportará una mejora en la calidad de vida de muchos pacientes”. Así definen el nuevo método de trasplante pulmonar que ha conseguido realizar el hospital Vall d’Hebron de Barcelona.

El centro realizó el primer trasplante pulmonar completamente robótico en el mundo con una intervención a través de la parte inferior del esternón. El nuevo método reduce la tradicional incisión de 30 centímetros por una de ocho y disminuye considerablemente los riesgos del postoperatorio de los pacientes.

La técnica se aplicó a un paciente que requería el intercambio de un único pulmón, pero el centro confía en aplicarla “en unos meses” a las cirugías bipulmonares.

La crónica de El País de Madrid, indica que si el trasplante se hubiera producido hace años, su pecho tendría actualmente un gran corte. “Tradicionalmente, es una intervención muy agresiva e invasiva”, explica Albert Jauregui, jefe del Servicio de cirugía torácica y trasplante pulmonar. En las cirugías bipulmonares el corte divide el tronco prácticamente en dos.

Los profesionales tienen que abrir el tórax y separar las costillas para realizar el intercambio de órganos. “Se abre el esternón como el chasis de un coche”, compara Jauregui, “y con esta técnica, no”. Xavier sufrió una intervención unipulmonar y el Vall d’Hebron confía en aplicar “en unos meses” esta técnica a cirugías bipulmonares. “Introducir los dos pulmones por el mismo agujero lo cambia todo”, señala Jauregui.

La cirugía robótica en un trasplante pulmonar se había aplicado anteriormente en el hospital Cedars-Sinai de Los Ángeles (Estados Unidos), pero de forma parcial.

En la operación, los cirujanos realizaron manualmente una incisión de ocho centímetros por debajo de la xifoides [una pequeña extensión cartilaginosa de la parte inferior del esternón], y a partir de aquí, la operación fue totalmente robótica.

Se introdujeron cuatro brazos del robot Da Vinci [la herramienta utilizada para las cirugías robóticas] por cuatro pequeños orificios realizados en el tórax: uno de los brazos separó el corazón de los pulmones; otro controló la cámara de visión y los últimos controlaban las herramientas médicas.

“Esta nueva técnica puede suponer un antes y un después en la historia de los trasplantes pulmonares”, celebran desde el Vall d’Hebron.

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