La evidencia médica dice que el consumo excesivo de sal eleva la presión arterial y, por tanto, aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, que son la principal causa de muerte y discapacidad en el mundo. Es una situación ciertamente alarmante, por eso la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha fijado el objetivo provisional mundial de reducir el consumo de sal de la población en un 30% para 2025 y recomienda que todos los adultos reduzcan su consumo de sal a menos de 5 g/día.
Un estudio reciente ha modelado y revelado cifras contundentes sobre la reducción del consumo de sal. Analizando la población de China, los autores concluyen que la disminución de un solo gramo al día podría prevenir alrededor de 9 millones de eventos de enfermedades cardiovasculares desde la actualidad hasta el 2030, de los cuales 4 millones habrían sido fatales.
«En China, la ingesta de sal ha sido sistemáticamente muy elevada y las enfermedades cardiovasculares son responsables del 40% de todas las muertes», escriben los autores en su artículo. Las últimas estimaciones muestran que la ingesta de sal en adultos sigue siendo, de media, de 11 g/día, lo que la convierte en uno de los niveles de ingesta más elevados del mundo y más del doble de lo que recomienda la OMS.
«La ingesta de sal en China ha sido siempre elevada y las últimas cifras de excreción de sodio en orina durante 24 horas indican que es una de las más altas del mundo y que duplica la ingesta máxima recomendada de 5 g/día por la OMS y el gobierno chino».
En un artículo anterior de Enséñame de Ciencia señalamos que el cuerpo humano necesita una pequeña cantidad de sodio (algo que comúnmente encontramos en la sal) para funcionar correctamente, pero hoy en día, la mayoría de la gente consume demasiada sal, lo que aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Anteriormente una investigación a gran escala en China sugería que un sustituto para la sal podría salvar millones de vidas. El sustituto que sería un producto con niveles reducidos de sodio ayudaría a los consumidores ser menos propensos a sufrir accidentes cerebrovasculares en comparación con los consumidores habituales de sal. Los beneficiarios también tendrían menos probabilidades de eventos cardiovasculares significativas y muerte prematura.
Los investigadores alertan que se necesita con urgencia un programa de reducción de la sal que sea viable, coherente, sostenible y que tenga como objetivo las principales fuentes dietéticas de sal presentes y futuras en China. «Como el país más poblado del mundo con una población de 1400 millones, reducir el consumo de sal en China también mejoraría considerablemente la salud mundial».
Actualmente hay una campaña denominada «Healthy China 2030» que incluye el objetivo de alcanzar una ingesta diaria de sal de solo 5 gramos (la cantidad recomendada por la OMS). Si bien, en un país tan poblado no será una tarea fácil, estudios como este ofrecen más esperanza.
El equipo dice que el objetivo de este estudio es estimar el impacto potencial de la reducción de la ingesta de sal sobre los accidentes cerebrovasculares y la cardiopatía isquémica en China, utilizando las fuentes de datos más recientes y sólidas disponibles.
Los hallazgos se han publicado en BMJ Nutrition, Prevention & Health.
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