Día Nacional de la lucha contra el VIH

«La sobrevida que tiene hoy un paciente con VIH se asemeja al de una persona que padece una enfermedad crónica, como puede el caso de un hipertenso o con problemas cardíacos. Tengo pacientes con más de 20 años de tratamiento que están con la indicación del primer plan», ejemplificó el Dr. Aníbal Dutra, infectólogo de Alta Dedicación de la Asociación Española.

El VIH en Uruguay es una epidemia de baja prevalencia (afecta a menos del 1% de la población general) pero altamente concentrada en algunos «grupos de riesgo» compuestos, principalmente, por personas privadas de libertad, los usuarios de drogas intravenosas, los hombres que tienen sexo con hombres y las trabajadoras sexuales.

Por año se detectan unos 1.000 casos nuevos de personas con VIH y, en total, se estima que en Uruguay son unas 15.000 personas las que portan el virus. El VIH se concentra principalmente en la franja de edad de entre 24 y 35 años.

A su vez, según el infectólogo, hay un grupo etario comprendido por personas mayores de 50 años, que no está acostumbrado al uso de medidas de prevención. «Se da en esta franja de edad que el uso del preservativo no está del todo instaurado como una práctica habitual. Y eso los expone más», aclaró el infectólogo de la Asociación Española.

Actualmente se ve un «ligero aumento» del número de mujeres portadoras de VIH, en relación con los hombres, indicó el Dr. Dutra. «Claramente, en los últimos años el VIH se ha feminizado, así lo indican los últimos estudios sobre el virus y también lo veo en las consultas», afirmó.

En el origen de la epidemia, de 20 diagnósticos realizados, un total de 19 correspondía a hombres; hoy de un total de 10 diagnósticos, 6 corresponde a hombres y 4 a mujeres. «Estos datos significan que actualmente ya no se debe hablar tanto de grupos de riesgo, sino que lo que falta es concientización y diagnóstico temprano», concluyó el infectólogo.

SINTOMAS

El 50% de los casos de VIH no presenta síntomas cuando la persona adquiere el virus, sino que la infección o primo-infección «pasa desapercibida», precisó el infectólogo. Cuando hay síntomas, estos se asemejan a los de un cuadro gripal o a un síndrome similar al de la mononuclosis, que va desde fiebre, dolor de garganta o ganglios en el cuello.

Según el Dr. Dutra, una de las preguntas frecuentes de los pacientes cuando se les entrega el diagnóstico, está referida al tiempo que hace que portan el virus. «Salvo excepciones, no hay forma de saberlo con certeza», respondió el infectólogo de la Asociación Española.

 

PREVENCION RESPONSABLE

La primera medida de prevención consiste en usar protección a la hora de mantener relaciones sexuales. En caso de no haberlo hecho, la recomendación inmediata es solicitar la realización de un estudio serológico, asistiendo a una consulta de Medicina General.

Los diagnósticos sobre VIH pueden detectarse de distintas formas: por la propia voluntad del usuario que decide realizarse un estudio serológico, por recomendación del médico luego de detectar alguna infección de transmisión sexual, o por el ingreso de un paciente con una enfermedad oportunista» que surge por bajas defensas.

«Las infección de transmisión sexual, como puede ser gonorrea o sífilis, aumenta en tres o más veces la posibilidad de la transmisión del VIH, por lo que es importante estar atento a estos síntomas», explicó el Dr. Dutra.

 

APOYO Y ATENCION

La atención al usuario con VIH cuenta con el soporte de un equipo multidisciplinario, compuesto por una médica laboratorista especialista en virología, dos infectólogos de Policlínica, dos psicólogas con postgrados de asesoramiento en VIH y un enfermero licenciado en Laboratorio Clínico.

Una vez que se realiza la serología (estudio que permite comprobar la presencia de anticuerpos en la sangre) y se detecta el virus, se activa un protocolo de asesoramiento y atención. Como primer paso, el equipo de laboratorio de la Institución le informa a la persona que la muestra fue reactiva y debe realizarte un nuevo estudio para su confirmación.

Dependiendo de la inquietud y las necesidades del usuario se le brinda asesoramiento y se lo pone en contacto con el equipo de infectólogos y psicólogos de la Institución, especializados en el área.

«Este primer contacto con los infectólogos y psicólogos podrá tenerlo desde el momento en que surge el resultado de la muestra o una vez que se confirma la presencia del virus, dependiendo de la inquietud del paciente. Allí se le hace un seguimiento y se deriva al equipo psicológico si amerita, como forma de contención en la primera etapa», describió el Dr. Dutra.

Dependiendo de cada caso, se establece un tratamiento medicamentoso que tiene como fin aumentar las defensas y evitar las llamadas enfermedades o neoplasias oportunistas», como pueden ser la tuberculosis, pneumocistosis pulmonar, toxoplasmosis, linfomas o sarcoma de Kaposi, entre otras.

Para el Dr. Dutra, el VIH sigue siendo una enfermedad con un alto grado de estigmatización en la sociedad, determinando en la persona infectada una actitud «de encerrarse en sí misma»; esa estigmatización puede ser desde su entorno cercano, el ambiente laboral y/o la comunidad.

Sin embargo, explicó el infectólogo, no se debe dramatizar sobre el asunto y, por el contario, es necesario hablarlo con naturalidad. «Siempre promuevo que encuentren en su pareja o en amistades alguien con quién conversar de la situación, y asistir a grupos de apoyo. Es muy importante para estimular una pronta recuperación», remarcó.

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