En la ciudad taiwanesa de Taichung, un niño de 7 años murió este martes tras pasar en coma más de dos meses debido a que fue arrojado al suelo repetidamente durante una clase de judo, informa la prensa local.
Los médicos dijeron que las lesiones del menor, de apellido Huang, se parecían a las sufridas en un accidente automovilístico e incluían una hemorragia intracraneal grave, por lo que le realizaron una craneotomía.
Después de la operación, el niño quedó en un estado de muerte cerebral y los galenos advirtieron que, si sobrevivía, probablemente permanecería en estado vegetativo. En los últimos días sus signos vitales disminuyeron, por lo que sus padres acordaron retirarle el soporte vital.
El 21 de abril, el entrenador de la escuela de judo a la que asistía la víctima ordenó a un estudiante de 10 años que realizara 20 lanzamientos de hombro con Huang. Tras varias de esas maniobras, el niño se quejó de dolor en los pies y la cabeza, vomitó y entre lágrimas suplicó al instructor, de apellido Ho, que no lo tiraran más, pero este hizo caso omiso.
Después el hombre lanzó personalmente al menor en siete ocasiones más.
Finalmente Huang se desmayó y dejó de responder, por lo que el entrenador llamó una ambulancia.
A principios de junio Ho fue acusado de causar daño corporal, pero ahora se modificarán los cargos y podría ser condenado con una pena de prisión de entre siete años y cadena perpetua.
Además, podría recibir sanciones adicionales por violar una ley de protección de menores y se le ha impuesto una fianza de 100.000 dólares taiwaneses (unos 3.500 dólares estadounidenses) para su liberación.
RT