La funcionaria policial de 29 años que fue encontrada muerta este viernes en su casa en el barrio Conciliación no tenía signos de violencia, según dijeron a Subrayado fuentes de la investigación.
La autopsia realizada al cuerpo no pudo determinar la causa de su fallecimiento, pero se descarta que haya sido asfixiada como trascendió en un principio, o que tuviese golpes, hematomas u otros indicios de una muerte violenta.
El resultado del examen de toxicología que estará la semana que viene será determinante para establecer qué le provocó la muerte a la agente, que tenía un hijo de 7 años y era funcionaria del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR), desempeñándose en la cárcel de Punta de Rieles.
La Policía busca ahora a la expareja de la mujer, un hombre con antecedentes penales por abuso sexual que había salido hace dos meses de prisión y que había estado en la vivienda de calle 1 entre Millán y Lecocq, antes de que encontraran el cuerpo.
El hombre cerró la puerta con llave y se fue dejando a la mujer sobre la cama y a su hijo encerrado adentro de la casa, hasta que llegó la Policía.
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