El Tribunal de Distrito de Tokio ha condenado a muerte este 15 de diciembre al llamado ‘asesino de Twitter’, que acabó con la vida de ocho mujeres que habían publicado pensamientos suicidas en las redes sociales, y de un hombre. Takahiro Shiraishi, de 30 años, fue declarado culpable de asesinar, desmembrar y almacenar los cuerpos de sus víctimas en su apartamento cerca de Tokio en 2017.
El juez presidente, Naokuni Yano, dictaminó que Shiraishi estaba mentalmente capacitado para ser juzgado por estos asesinatos «extremadamente violentos» y que las nueve víctimas no consintieron ser asesinadas, algo en que insistía la defensa del acusado para suavizar la condena. Los abogados habían argumentado que Shiraishi —quien en septiembre se declaró culpable— solo era culpable del cargo menor de homicidio con consentimiento, ya que tenía la aprobación de sus víctimas en los mensajes que le enviaron.
Si bien los fiscales señalaron que no había forma de que las víctimas aceptaran ser asesinadas basándose en el testimonio de Shiraishi, que dijo que se resistieron cuando fueron estranguladas, la defensa argumentó que si ofrecieron resistencia fue por sus «reflejos condicionados». La defensa también afirmó que Shiraishi posiblemente era mentalmente incompetente o estaba en un estado de capacidad disminuida en el momento de los asesinatos. No obstante, las autoridades llevaron a cabo cinco pruebas psiquiátricas y en 2018 los fiscales concluyeron que sí podía ser juzgado.
Entre agosto y octubre de 2017 Shiraishi estranguló y desmembró a ocho mujeres y un hombre de entre 15 y 26 años de Tokio y otras cuatro prefecturas. También se alega que agredió sexualmente a todas sus víctimas femeninas.
Según la acusación, contactaba con mujeres que habían expresado pensamientos suicidas en Twitter y les prometía ayudar a morir, invitándolas a su apartamento en la ciudad de Zama, a una treintena de kilómetros de la capital. Cuando las jóvenes llegaban a su casa, las ataba con cables, las estrangulaba, las violaba y les robaba sus pertenencias. El único hombre asesinado era el novio de una de las víctimas, que fue al domicilio de Shiraishi buscando a su novia después de que esa desapareciera, ya que recordó que la joven le había comentado que tenía un nuevo amigo de Internet llamado Shiraishi.
Los asesinatos en serie salieron a la luz por primera vez en octubre de 2017, cuando la Policía visitó la casa de Shiraishi durante la búsqueda de una joven de 23 años desaparecida en Tokio, que resultó ser una de sus víctimas. En el apartamento encontraron varias neveras portátiles que contenían partes de cuerpos humanos, y Shiraishi fue detenido.
El caso del ‘asesino de Twitter’ ha conmocionado a muchos en Japón y ha llevado al Gobierno y a los servicios sociales a impulsar el apoyo a los jóvenes que necesitan ayuda psicológica.
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