Yo quiero ser: Embajador

Cancillería denunció ante la fiscalía de 19º turno, a cargo de Brenda Puppo, un caso insólito: el engaño para que un defensor de oficio de Ciudad de la Costa terminara siendo designado embajador.

Una llamada apócrifa, supuestamente realizada desde Presidencia, logró sortear todos los controles. El actual jefe de gabinete, Fernando López Fabregat, fue quien tomó el mensaje.

Alguien que dijo ser funcionario de Torre Ejecutiva le comunicó que había una resolución para que una persona de iniciales G.B. fuera incorporado en Cancillería en el escalafón M, correspondiente a los embajadores.

La persona que efectuó el llamado -según la reconstrucción del hecho publicada en Búsqueda- le dictó a López Fabregat «palabras más, palabras menos» los términos de la resolución que luego debía ser firmada por el canciller y el presidente Lacalle Pou.

Según esta versión de los hechos, el trámite inició su curso dentro de la cancillería. Eran los tiempos inmediatamente posteriores a la renuncia de Ernesto Talvi, y en los que el sucesor en el cargo, Francisco Bustillo, estaba en viaje desde Madrid a Montevideo.

Pero una vez elevado el documento, éste despertó sospechas e hizo que saltaran las alarmas. Por eso se inició una investigación administrativa, en el marco de la cual se llamó a Presidencia para confirmar el pedido para la designación de un supuesto nuevo embajador.

La gestión determinó que en Presidencia nadie supiera del hecho. Ni siquiera se estaba en conocimiento de quién era la persona a la que se quería promover para el cargo.

La investigación siguió adelante y se identificó el lugar desde donde se hizo la llamada: una línea asignada a la defensoría de oficio de la Ciudad de la Costa.

Mientras el trámite estaba detenido, tuvo lugar una llamada a Presidencia. Allí, una persona se presentó como secretario del expresidente colorado Julio Sanguinetti y se mostró interesado en conocer cómo seguía el trámite de designación de G.B..

El nuevo canciller Francisco Bustillo también recibió mensajes de Whatsapp en nombre del supuesto secretario de Sanguinetti.

G.B. niega haber tenido algo que ver con la maniobra y planea un juicio por daño moral al Ministerio de Relaciones Exteriores, dijeron a Búsqueda allegados al abogado, profesor universitario y juez de basquetbol.

Los allegados a G.B. dijeron al semanario que es una «acusación absurda». De todos modos, será citado a declarar ante la fiscal Puppo en el mes de noviembre.

De todos modos su interés en ser nombrado embajador está fuera de toda duda.

El propio abogado contó en Facebook que había estado reunido en Cancillería para hablar sobre política exterior en el mes de febrero. Las reuniones fueron con la subsecretaria designada Carolina Ache y Diego Escuder, quien luego asumiría como director general de secretaría.

Según Búsqueda, B. les dijo en esa oportunidad sobre su interés de dedicarse a la diplomacia a partir de un pase en comisión.

«Ojalá que pueda sumarme al equipo», escribió con posterioridad G.B. en dicha red social. «Y si no se concreta, igualmente contribuiremos honorariamente para el desarrollo y promoción comercial del país».

Durante la investigación administrativa, el embajador Nelson Chabén también confirmó que G.B. se reunió con él para hablarle de su eventual designación.

Cancillería no pudo determinar que haya funcionarios involucrados en el intento de engaño, por lo que elevó la denuncia a la justicia.

La situación tuvo otras consecuencias para defensor de oficio: la Suprema Corte de Justicia lo suspendió por tres meses con retención del 50% del salario por un período de tres meses, plazo en el que se hará también una investigación administrativa.

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