Una persona tóxica puede robar lo mejor de tu vida, desde tus sonrisas hasta tus ilusiones.
Este tipo de personas siempre tratará de derrumbarte, no importa cuán grande sea tu éxito. Incluso, en las cosas más bellas que tengas en tu vida, la persona tóxica señalará un supuesto defecto para corroer tu autoestima.
Aprende a detectarlas a fin de que puedas tomar distancia. A continuación, compartimos algunas señales contigo para que tengas éxito en la empresa de identificar personas tóxicas y marcar distancia.
Algunos de los signos delatores de las personas tóxicas son los siguientes:
-Son envidiosas: jamás van a tolerar cuán bien te vaya en la vida. Una persona tóxica emanará de su veneno de cualquier modo. Pero, la envidia será el primer signo que podrás observar, y esto lo puedes usar a tu favor para alejarte. Verás cómo la persona tóxica querrá todo lo que tú tienes.
-Se lamentará de sí misma: para ganarse tu compasión y que siempre cedas ante sus peticiones o necesidades. Muchas veces, sus “penurias” ni siquiera son reales, pues, solo juega su papel de víctima perfecta.
-Va a desvalorizar todo lo que hagas: para poder así sobrellevar su pobreza espiritual interna. Así logres el máximo triunfo, la persona tóxica lo hará ver pequeño para que te sientas mal. Luego ella se sentirá bien.
-Te intentará sugestionar: con frases como “hoy te ves cansada/o”, “¿qué tienes?, luces derrumbado/a”, pero esto es solo un experimento que suele hacer. La verdad es que puedes sentirte feliz y estar en tus mejores días, pero las personas tóxicas no toleran la felicidad de los demás.
-Solo piensan en sí mismos: sin importarle las necesidades de los demás. Pues, solo piensan en su bienestar y cómo pueden conseguir lo que ellos desean.
-Manipulan: para, nuevamente, conseguir que el mundo gire a su favor porque se sienten como el centro del universo. Son amantes de la atención. Si tres personas están charlando, será difícil que la persona tóxica deje de ser o intente dejar de ser la protagonista.
-Se quejan demasiado: más de lo normal. Todo el mundo, todas las personas y hasta el aire va en su contra. Su vida es la más difícil de los demás. El problema que otra persona pueda tener no es nada comparado a lo que la persona tóxica está viviendo, y lo peor es que no existe una salida.
-Las conversaciones son infructuosas: no sirven de mucho alivio. Ante un problema que comenten, no importa todas las soluciones que se le propongan, ninguna será buena porque el problema será mucho mayor. Sus problemas son tan enormes que incluso hablar con esas personas jamás llegará a nada.
-Navegan en círculos: y repiten una y mil veces lo que les sucede, añadiendo cada vez más detalles engorrosos.
Por último, la mejor señal para reconocer a una persona tóxica es el desgaste emocional que producen.
Tras una conversación, la sensación que se experimenta es la de cansancio extremo, porque ellos están encerrados en un mundo ficticio en el que todo lo que respiran es negatividad.
Lo mejor que se puede hacer, por salud propia, es tomar distancia, pues, difícilmente estas personas cambiarán. Suelen ser solitarias y carecen de amigos verdaderos o íntimos, ya que, obviamente, la mayoría corre de su lado.
Estas personas necesitan un verdadero examen de introspección a fin de detectar sus propias fallas y comenzar a cambiar por sí mismos. Todo intento que haga otra persona será en vano. Por ello, la mejor cura es alejarse.