“Esto es una muy buena herramienta. Entiendo que todo lo que genere oficio y todo lo que genere una herramienta para el trabajo es muy importante. Fue un equipo de personas que se juntó, que tuvieron la idea, que tuvieron las ganas y que contagiaron; encima encontraron un campo fértil para que puedan venir a inspirarse y generarse esa propia idea de negocio”, destacó Ponce de León sobre la relevancia de este tipo de iniciativas.
El equipamiento fue donado por la emprendedora Lourdes Rapalin, dueña de Bethel Spa, y tiene como objetivo brindarles oportunidades laborales y educativas a las internas.
Santiago González, director de Convivencia y Seguridad Ciudadana del Ministerio del Interior, señaló la importancia de que empresas se involucren con los proyectos que se desarrollan en los establecimientos penitenciarios.
“Si trabajamos juntos el Estado con los privados, podemos hacer una cantidad de cosas que transformen definitivamente lo que era hasta ahora el funcionamiento del INR, para que el porcentaje de reincidencia baje, para tratar el tema de las adicciones con seriedad. Para que la gente salga preparada para trabajar y para que la gente tenga la posibilidad de reinsertarse, de volver con su familia, trabajar honestamente y no caer en el delito”.
También, destacó la importancia de brindarle oportunidades laborales a las mujeres privadas de libertad y acercar ejemplos positivos. “Quiero rescatar la presencia y el apoyo de Lorena Ponce de León. Quiero destacar que ella se haya puesto al hombro el trabajo con emprendedores, con mujeres de todo el país. Apostando a un futuro mejor de quiénes en definitiva son los más olvidados del sistema. Creemos que es un día muy importante para el Ministerio del Interior, para nuestro Instituto Nacional de Rehabilitación y para las cárceles”.
Además de participar de la inauguración, la primera dama recorrió el Polo Industrial femenino y dio un mensaje de aliento para las mujeres que trabajan allí. “Que nunca bajen los brazos, que el caerse es parte de la vida, que el aprender es parte de la vida y también el equivocarse es parte de la vida. Todos conocemos casos de gente que ha caído dos o tres veces y después se pudo rehabilitar. Entiendo que para nosotros como sociedad es muy difícil entender eso y absorberlo, pero realmente hay gente que no tuvo la oportunidad de poderse desarrollar con valores, con amor y con tantas otras cosas que necesitamos los seres humanos para poder querer y entregar eso”, reflexionó.
Actualmente en la Unidad Nº 5 se encuentran alojadas 431 mujeres privadas de libertad, 230 trabajan y estudian y 50 trabajan en el Polo Industrial Femenino.
