22 de setiembre. En nuestro país es el Día del Maestro.
Fecha en la que se tributa homenaje a ese trabajador y trabajadora, que tienen la responsabilidad, mediante la educación de guiar la formación integral del ser humano. Ellos han elegido una forma de vida de sacrificios. Trabajando muchas horas en su hogar, corrigiendo tareas, planificando y a veces lejos de su familia como lo vemos con los docentes rurales.
Vida de lucha, realizando tareas de albañilería y carpintería para embellecer el local escolar, preparando festivales, vendiendo rifas
y a veces llevando animales donados a ferias ganaderas, como forma de obtener algún ingreso que les permita pagar el transporte para alguna salida didáctica con los niños.
Su vida también es de constante actualización, pues las nuevas tecnologías, avanzan a pasos agigantados y el educador busca incorporarlas para volcarlas en mejorar la calidad de la enseñanza.
Todos esos sacrificios, esas luchas para esos hombres y mujeres de blanco, significan esperanza, porque confían en que la educación es la única herramienta de cambio. Paradójicamente la sociedad, ya no valora como antes la figura del docente, pero si le exige, una mejor formación de las nuevas generaciones, olvidando que familia y autoridades deben estar junto al educador, en el fomento y cultivo de valores que conduzcan a una sociedad más armónica.
Por eso he usado, este tiempo para saludar, a maestras y maestros de mi país, que con sus enseñanzas en el aula y el ejemplo de su manera de vivir, forman la conciencia de sus alumnos, preparándolos para afrontar la vida.
Evoco con cariño aquellos maestros de mi niñez, recordando el trato afectuoso recibido y porque no decirlo alguna penitencia cuando nuestra conducta lo ameritaba.
¡Feliz día, maestros y maestras!
Dr. Nilson Alcarráz Barrios.
Edil Partido Nacional