Cuando se trata de sentir bienestar hay quienes buscan un sinfín de opciones y el earthing es una más de ellas.
Earthing significa caminar descalzos sobre la tierra para volver a conectarnos con la energía y la fuerza que emana de esta.
Los practicantes del earthing consideran que caminar descalzos pueden ayudar a que las terminaciones nerviosas de los pies se activen, pero, también creen que puede ser un método eficaz para curar nuestra alma y calmar nuestra mente de cualquier tormenta emocional que estemos atravesando.
Según estas personas, todo lo que fluye en el universo es energía y esta afecta al hombre, por ello es que caminar sobre la tierra, el piso del hogar, o la arena puede ser tan beneficioso. Lo importante es quitarse los zapatos.
El significado de la palabra earth es ‘tierra’ por lo que la palabra completa, earthing, podría ser traducida como ‘conexión con la tierra’ o ‘toma a la tierra’. En algunas partes también se le denomina grounding a esta práctica, pero, en ambos casos, el significado no varía.
Los que practican el earthing parten de la premisa de que, en el origen, el hombre se la pasaba conectado con la energía pura que emanaba de la tierra, pero, con el avance de los tiempos y el progreso, cada vez se desconecta más, por lo que es necesario un retorno a esa fuerza originaria.
Lo llaman “conectividad ancestral” y, supuestamente, se ha perdido con el uso de alfombras, calzado, pisos con materiales aislantes, entre otros; todo esto impediría que el hombre volviese a experimentar los beneficios físicos y emocionales del campo energético de la tierra.
Las personas que procuran llevar a cabo esta práctica en la modernidad han manifestado cambios notorios en su vida. Por ejemplo, un mejor estado de ánimo, menos cansancio, disminución en los dolores musculares, fatiga, e incluso han sentido mayor bienestar y alegría.
De igual modo, sostienen que la tensión muscular disminuye gracias hay que existen conexiones naturales energéticas que actúan directamente en el cuerpo cuando caminamos sin calzado.
Quienes estén interesados en poner en práctica esta actividad, pueden hacerlo caminando descalzo en la medida de lo posible, bien sea en el hogar, en la hierba del jardín, en la arena de la playa, o cualquier espacio que permita la activación de nervios en la planta de los pies.
Otros, en cambio, prefieren adaptar alfombrillas especiales bajo el escritorio cuando están trabajando para quitarse el calzado y sentirse relajados, mientras que hay quienes prefieren contactar con la fuerza del agua y lavar sus manos con frecuencia o practicar natación, dado que el agua también es considerado como un conductor de esa energía.
Y tú, ¿qué opinas?